La caída de Soares hace más confusa la crisis portuguesa
El presidente de la república portuguesa, general Antonio Ramalho Eanes, comenzó ayer unas primeras consultas con los dirigentes de los partidos políticos con representación parlamentaria, al objeto de encontrar una salida a la crisis provocada por la derrota del Gobierno socialista, a primeras horas de ayer, en el Parlamento. Sin embargo, el presidente Eanes no encargará formalmente a ningún líder político la formación de un nuevo Gobierno antes de consultar con el Consejo de la Revolución, en una reunión prevista, en principio, para hoy.
Constitucionalmente, el presidente debería encargar la formación del nuevo Gobierno al propio Mario Soares, en su calidad de líder del partido más votado (102 escaños en la Asamblea). Pero Soares ha sugerido ya que sólo aceptaría ese encargo en el supuesto de que no fueran viables otras dos alternativas.La primera de ellas sería la formación de un Gobierno Partido Socialdemócrata- Centro Democrático Social, encabezado por el primero de ellos. Círculos políticos portugueses, incluso próximos al PSD, desecharon ayer la eventualidad de que fuese el dimitido jefe del PSD (Francisco Sa Carneiro) quien encabezase esta fórmula. Por otra parte, el actual líder socialdemócrata, señor Sousa Franco, ha insistido en que su partido sólo formaría parte de un Gobierno de coalición con socialistas y CDS juntos, pero, en ningún caso, sólo con el segundo. Esta posibilidad de coalición a tres sería, sin embargo, bloqueada desde el PS, que insiste en su viejo principio de «gobernar solos o pasar a la oposición».
La segunda de las hipótesis sería un Gobierno de técnicos, orientado desde la presidencia de la República con el apoyo tácito de los partidos mayoritarios. La posibilidad de ese Gobierno fue precisamente la que motivó, hace un mes, la dimisión de Sa Cameiro, lo que originó fuertes tensiones en el PSD. El propio Eanes, por su parte, no parece inclinado todavía a una solución que comprometería directamente a la más alta magistratura del país y a las Fuerzas Armadas en la gestión de una crisis económica de difícil solución.
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