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"La ciencia se olvida demasiado de los problemas sociales"

«El Club de Roma no es una organización -declaró a EL PAIS, su presidente, Aurelio Peccei- Se formó a consecuencia de una reunión convocada por mí, en abril de 1968, a la que asistieron una docena de científicos, humanistas y planificadores. En la reunión se habló del mundo y se plasmaron dos preocupaciones: primero, tratar de comprender por qué en este apogeo de poder, conocimientos y medios, la humanidad está en un trance dificil, cada año más intratable. También tratábamos de entender las causas de esta brecha entre los problemas y la sociedad y qué se debe hacer para reducir esta sima.»«Hemos hecho, como un buen médico, un chequeo durante varios años a los problemas mundiales, desde distintas perspectivas y llevadas a cabo por distintos grupos de científicos, intelectuales y filósofos, para ver el estado de salud de la sociedad y afrontar su posible tratamiento. Este proceso de comprensión, recomendaciones y sugerencias sobre acciones a emprender me llevó a escribir el libro La calidad humana, publicado -ahora en España por la editorial Taurus.

La reunión de Barcelona fue patrocinada por el Instituto Nacional de Prospectiva, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas y la Comisaría de Energía y Recursos Minerales. El ministro de la Presidencia, señor Otero Navas, se trasladó a Barcelona para presidir la clausura de la reunión y el presidente de la Generalitat de Cataluña, señor Tarradellas, telefoneó personalmente al presidente del Club de Roma para excusar su asistencia y saludar a los reunidos.

Con respecto a la reunión celebrada, el señor Peccei prosigue su declaración en estos términos: «La reunión trató de ver cómo se entrelazan ciencia y sociedad, cómo se deben guiar en el futuro para utilizar con inteligencia el enorme patrimonio de conocimientos que la sociedad tiene y que no emplea, y cuáles deben ser otros conocimientos que le son ahora necesarios, teniendo en cuenta que esta es una sociedad que está en fase de transformación.»

Existe una temática de problemas de ámbito internacional -paro, recursos, calidad de vida- que ha sido objeto de esta reunión de trabajo del Club de roma. Son los grandes temas del momento mundial contemplados, desde una postura racional y científica, en desacuerdo generalmente con el derrotero por el que están llevando estos temas los políticos.

Con relación a los resultados de lo que podría ser una aproximación seria y científica a estas cuestiones, Ricardo Díez Hochieitner, único miembro español del Club de Roma, dijo en el curso de los trabajos que el futuro depende de tres dimensiones: lo posible, lo probable y lo deseable.

«Lo posible -dijo- se encuentra más directamente en el mundo de las ideologías; lo deseable se atribuye demasiadas veces a las utopías. Aquí creo que nos reunimos deseosos de que se haga realidad un cambio visible y ético de nuestras sociedades, porque su pongo que nos movemos con realismo y con idealismo en, el terreno de lo probable. »

«A este fin -añadió- debemos preocuparnos seriamente de las transformaciones que en el terreno de lo conceptual, institucional y ético debería afrontar la sociedad en movimiento a que se refiere nuestro temario y, en consecuencia, también la ciencia en movimiento. Pero ¿hacia dónde puede o debe moverse la sociedad y la ciencia, si es que existe un sentido de dirección? Este interrogante apunta en cierto modo hacia ese período de dificil transición que tiene similitud con otras señaladas épocas históricas, pero esta vez aparece con una dimensión universal, con un alcance global, de donde nace con mayor fuerza la esperanza.»

El papel de España

El papel de los científicos y humanistas españoles en esta labor de análisis y perspectiva internacional, y en concreto a través del Club de Roma; es reconocido así por el presidente en sus declaraciones a EL PAIS: «España puede aportar mucho. El estudio de instrumental analítico y metodológico para fomentar el proceso de investigación científica en los países en desarrollo.El capítulo español del Club de Roma, dirigido por Díez Hochleitner, miembro del Club, está fundado por Fernando Alvarez de Miranda, José Luis Cerón Ayuso, Manuel Diez Alegría, Nemesio Fernández Cuesta, Carlos Ferrer Salat, Emilio Fontela, Antonio Lamela, José Ramón Lasuen, Gregorio López Bravo, Joan Mas, José Ramón Massaguer, Federico Mayor Zaragoza, Jesús Moneo, Rafael Pérez Escolar, Eduardo Primo Llufera, Marco Rico Gutiérrez, Julio Rodríguez Villanueva, Juan Rof Carballo, Joaquín Ruiz Giménez, Fernando Ibarra Y López Dóriga y José Luis Yuste Grijalbo, completado con una creciente lista de personalidades de la ciencia y la cultura españolas que están adhiriéndose actualmente.

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