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Accidentada marcha de más y de cien automóviles hacia el Ministerio de Urbanismo

La marcha sobre el Ministerio protagonizada por los vecinos del poblado de Orcasitas, utilizando automóviles con pancartas posters y banderas, fue impedida por fuerzas de la policía antidisturbios, que cortaron la circulación a la altura de Cibeles y, después de una larga discusión con amenazas por ambas partes, obligaron a los conductores a quitar los distintivos y dirigirse de nuevo hacia Orcasitas. La marcha fue la última acción de un día declarado como jornada de trabajo, en la que prácticamente todo el barrio estuvo enla calle.

Desde la mañana de ayer, los habitantes de Orcasitas se congregaron en las calles y cambiaron totalmente la fisonomía normal del barrio. Muchos trabajadores no acudieron a sus empresas respectivas y otros se incorporaron a la organización de los actos al terminar la jornada laboral.La mayoría de los colegios del barrio cerraron asimismo sus puertas, por lo que Orcasitas registraba una animación popular que le daba el carácter de un día festivo.

En las asambleas improvisadas que se realizaron las condenas a la actitud del Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo fueron unánimes, y el mismo motivo se gritaba en las pequeñas y múltiples manifestaciones que se desarrollaron en las plazas y calles.

Aunque la autodenominada marcha sobre el Ministerio estaba prevista que comenzara a las cinco de la tarde, a las cuatro salieron algunos coches al final, más de un centenar de vehículos abarrotados de personas desfilaron hacia el Ministerio.

Al llegar a la altura de Cibeles se encontraron con un fuerte contingente de la policía antidisturbios cerrándoles el paso. El capitán que mandaba las fuerzas les indicó que no podían continuar y que debían dar la vuelta en la plaza, de regreso a Orcasitas. Los vecinos se negaron, bajaron de los coches y comenzaron a cantar «no nos echarán». Durante más de media hora continuó la discusión con la policía que ordenó, como medida preventiva para evitar la aglomeración de curiosos que se estaba formando en la plaza, quitar todas las pancartas. En un momento dado el capitán amenazó con empezar a detener a los más reacios a cumplir las órdenes, con lo que los vecinos se mostraron de acuerdo. «Muy bien, que nos detengan, así dejaremos los coches abandonados en la calzada», fue su argumentación.

A las seis y media de la tarde la caravana, ya sin distintivos que llamaran la atención, logré convencer a la policía de su postura, y continuó la marcha hasta el Ministerio. A la puerta del edificio surgieron nuevos enfrentamientos, cuando los policías de guardia ordenaron la dispersión de todos ellos. Se originó un enfrentamiento físico entre un guardia y un vecino que estuvo a punto de desencadenar incidentes más graves. Al final, y dado que en el Ministerio ya no había nadie los vehículos dieron media vuelta y regresaron a su barrio. A las ocho y media de la tarde se celebró una nueva asamblea en la iglesia, en la que se informó de todo lo ocurrido y se reafirmó la intención de regresar al Ministerio hoy, sábado, por la mañana.

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El problema básico de Orcasitas es la remodelación del barrio, que proporcione viviendas nuevas a sus habitantes. La asamblea acusó al Ministerio de no cumplir ninguno de los acuerdos de octubre del año pasado. En aquella fecha se acordó gestionar la urgente concesión de licencias de construcción, fijar un plazo de dieciocho meses para entregar quinientas nuevas viviendas, terminar las de la tercera fase y desalojar a las familias que ocuparan pisos al margen de los acuerdos de la asociación. En los acuerdos figuraba también una cláusula por la que el ministro se comprometió a expedientar a quien no los cumpliera. En base a ésta, la asociación pide que se abra expediente al actual director general de la Vivienda, Manuel Díaz, a quien achacan la mayor responsabilidad del retraso.

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