Emilio Romero: "Voy a dar la batalla al periódico de minorías"

«Voy a hacer a través de El Imparcial un periodismo de consumo, lo cual implicará dar la batalla al periódico ladrillo y coñazo, escrito y dirigido para minorías; voy a luchar contra la pedantería periodística, y de esa manera espero llenar un hueco que existe en la prensa de la mañana de Madrid.» En estos términos ha sintetizado la filosofía informativa de El Imparcial, periódico que tiene prevista su salida para el próximo día 6 de diciembre, su director, el veterano periodista Emilio Romero.

«Sin embargo, no va a ser el nuestro - ha añadido- un periodismo ligero ni sensacionalista, aunque en la forma el periódico se parezca a Bild Zeitung, Dady Mirror, Sun o Le Matin. Todo esto se reflejará en la confección, que pretende ser vibrante y menos sosegada que muchas de las que últimamente vemos en algunos periódicos.» No voy a hacer un France-Soir, pero tampoco un Le Monde. »

Cincuenta redactores - gran parte de ellos del diario Pueblo cuando lo dirigía Emilio Romero; una rotativa offset y talleres electrónicos y de fotocomposición propios forman el equipo básico, humano y técnico, del nuevo periódico, que constará en principio -«hasta que la publicidad nos asista y podamos ampliarla»- de cuarenta páginas.

La identidad del periódico también la ha explicado el mismo director: «El Imparcial nace sin hipotecas de ninguna clase. No pertenece a ningún partido político, no depende ni del poder ni de ningún grupo de presión. Lo que Le Monde pretendió y consiguió después de la gran guerra con la Sociedad de Redactores, nosotros lo intentamos sin esa sociedad. Así pues, proclamamos la independencia ante las fuerzas políticas y sin ningún prejuicio hacia ninguna de ellas. Eso sí, mantendremos posiciones críticas frente al Gobierno, y en general, frente al Poder. Como periódico libre estamos obligados al control del poder.»

«El nombre del periódico, también es importante. Encierra una doble exigencia: por una parte, nos sitúa en la obligación de ser imparciales, y nosotros no queremos exponernos a que se nos impute la parcialidad; pero al mismo tiempo se van a manifestar en el periódico las diferentes parcialidades que existen en este país. Queremos mantener El Imparcial como un permanente ruedo abierto a las ideas y colaboraciones de los políticos, intelectuales y hombres de otros campos del panorama nacional.»

Otro capítulo difícil que Emilio Romero tendrá que superar es el de los aspectos económicos de la nueva aventura. Parece que es la primera vez que Emilio Romero se instala seriamente bajo el amparo de una empresa privada (la no lejana experiencia del semanario La Jaula no puede decirse que fuera próspera). Hasta la fecha, Emilio Romero ha alcanzado sus mayores cotas periodísticas al frente de un periódico, Pueblo, respaldado por los fondos del Estado. «Yo haré todo lo que esté de mi parte para intentar hacer un periódico económicamente próspero aunque la empresa sabe que un periódico no es un elemento de lucro. De hecho muchas empresas periodísticas arraigadas en España, que eran muy rentables, están comenzando a dejar de serlo. Quien sueñe hoy día con ganancias en un periódico está más cerca de la utopía de la realidad.»

«Los nombres de los propietarios- accionistas y consejo de administración constan en el registro del Ministerio correspondiente, son por tanto, públicos», ha dicho el director de El Imparcial sobre la posibilidad de hacer transparente la identidad de las personas más representativas que financian el periódico. «No es cierto que las acciones sean del Banco de Valladolid (dicho banco como tal no figura en esta empresa). Lo que sucede es que algún accionista está ligado a tal entidad bancaria. »

Para Emilio Romero, en los últimos tiempos, han cambiado las condiciones objetivas en las que se desenvuelve el periodismo. « En mi tiempo - el de Pueblo- había menos libertad que ahora. Por otra parte, ha cambiado también el sistema político. Hemos pasado de un poder personal con instituciones desarrolladas a una democracia de corte europeo. »