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¿Dónde anda el vicepresidente económico?

La discreción del vicepresidente «económico», señor Fuetes Quintana, es uno de los hechos más sorprendentes para los habituales seguidores de la vida económica nacional. Las preguntas: ¿qué hace Fuentes?, ¿se va por fin Fuentes?, ¿dónde anda Fuentes?, son ya clásicas en círculos económicos.Después de su rotunda intervención en televisión el mismo día de su entrada en el Gobierno, e incluso antes de la declaración programática, todo hacía pensar que la vitalidad de Enrique Fuentes iba a caracterizar el comportamiento del equipo económico y su proyección hacia la opinión pública. Después esta impresión se diluyó y llegamos por fin a esas sesiones finales de las negociaciones del pacto de la Moncloa en que el vicepresidente se limitaba a leer ante televisión el resumen de acuerdos sin entrar en polémica ni en preguntas. Una sola comparecencia ante la prensa se le recuerda al señor Fuentes en los últimos tiempos. Mientras tanto, él y su equipo elaboraron un programa llamado Fuentes, lo negociaron con las fuerzas políticas para concluir el pacto de la Moncloa y han comenzado a aplicarlo con regular fortuna inicialmente.

Pocos contactos públicos o privados

Al vicepresidente se le conocen pocos contactos públicos o privados en estos últimos tiempos. No ha querido nunca salir al extranjero y en muchos casos ha preferido no recibir a visitantes. Sus contactos con banqueros, empresarios, políticos y líderes sindicales han sido los menos posibles, y su tentación a la huida del Ministerio es permanente.

Este es el balance inesperado de una persona que puede pasar por uno de los mejores conocedores de los mecanismos de la Administración en su vertiente económica. Que probablemente es el autor directo o indirecto de más discursos de ministros de Hacienda. Que goza de excelentes dotes didácticas y fuerza persuasiva. Autor de un programa, parece no creer demasiado en él a la vista de que no tiene ningún interés en precisarlo, en divulgarlo, e incluso, por qué no, en venderlo.

Después de un Consejo de Ministros con acuerdos de cierta importancia en lo económico, es el vicepresidente «político» el que comparece ante la prensa. Los discursos de contenido económico los hace, discretamente en Valladolid o Roma, el ministro de Comercio. Las visitas al extranjero las protagoniza el de Industria. Las únicas ruedas de prensa hay que, adjudicárselas al de Hacienda. Todo un récord del responsable económico.

Enrique Fuentes, uno de los economistas que mejor han mantenido su imagen ante la opinión pública en los últimos años, que mejor ha sido tratado por la prensa, que más influencia ha tenido en Gobiernos y opinión, que ha conseguido vender sus ideas y opciones, parece que ha quedado paralizado en cuanto ha ocupado el despacho de líder económico. Su papel debía ser el de convencer de que sus proyectos y sus alternativas son las válidas, pero parece que una vez formulado el programa no es capaz de ir más lejos. ¿Tanto transforma o inhibe el poder?

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