Subida de precio y reducción de suministros en tabacos penínsulares
La elevación de los precios de las distintas clases de cigarrillos distribuidos por Tabacalera está sólo pendiente de la autorización gubernamental y se cree llegará a producirse en los próximos días, según fuentes próximas al monopolio. Sin embargo, el desabastecimiento de las labores peninsulares, detectado por los consumidores en las últimas jornadas, responde al cumplimiento de una disposición gubernamental de apoyo a la industria tabaquera canaria, dictada el pasado mes de mayo -véase EL PAIS del 6 de mayo-, y cuyo principal precepto consistía en ordenar a la industria del monopolio que arbitrara los medios necesarios para vender la totalidad de los cupos fijados de cigarrillos canarios, según ha podido saber EL PAIS en medios próximos a Tabacalera.
Aunque el tabaco no fue incluido en los precios sujetos al régimen de autorización, en el nuevo régimen fijado por el Gobierno, la elevación precisa de la correspondiente luz verde del Consejo de Ministros, previo dictamen de la Comisión Delegada para Asuntos Económicos. No es necesario, en cambio, el debate en la Junta Superior de Precios.Desde el pasado mes de agosto, Tabacalera tiene elaborado un estudio en el que contempla básicamente dos alternativas de aumento de precios para repercutir el incremento de los costes que ya se produjo a finales del ,pasado año en todas las labores, y al que se añadió el efecto de la devaluación y un incremento del, 10 % en los precios de origen para la! labores importadas de Gran Bretaña y Estados Unidos, que se ha registrado en las últimas semanas. En base a este estudio, los precios que previsiblemente aprobará el Gobierno son:
Negro emboquillado 20 pesetas
Negro superior 25 pesetas
Rubio nacional 45 pesetas
Rubio importado 75 pesetas
Los criterios de la nueva tabla de precios son, además de repercutir el incremento de los distintos factores, reducir el consumo de los cigarrillos de importación, que obliga a importantes dispendios en divisas, estimulando por la vía precios el de las labores nacionales.
Por otra parte, Tabacalera ha comenzado a aplicar las directrices del Gobierno, en el sentido de apoyar a la industria canaria, cuya crisis parece que se ha agravado en los últimos meses.
La disposición gubernamental de la pasada primavera señalaba que la industria del monopolio arbitraría los medios necesarios -reduciendo su oferta concurrente- para vender los cupos procedentes de la industria canaria a lo largo del año. Al mismo tiempo, el Gobierno se comprometía e instaba a las partes interesadas a llevar a cabo un plan de reestructuración de la industria tabaquera canaria.
Hasta el momento, ni la medida distorsionadora del mercado, ni los estudios para una auténtica reestructuración habían sido acometidos.
El retraso en aplicar la restricción al suministro de Tabacalera, en apoyo de las ventas de tabaco canario, implica que aun en el caso de que la retirada de las marcas de mayor consumo de Tabacalera se mantenga de forma drástica hasta finales de año, la totalidad de los cupos de labores canarias no podrán ser absorbidos por el mercado. Por otra parte, aunque fuentes del monopolio aseguran que las conversaciones para llevar a cabo el plan de reestructuración se desarrollan con teleridad y al más alto nivel, la complejidad de cualquier solución realista que pudiera ser abordada hace que muy difícilmente pueda llevarse a cabo en un plazo inmediato. En cualquier caso, el trastorno que puede originarse entre los consumidores se presume va a ser importante, ya que muchos de ellos van a verse obligados a sustituir sus marcas habituales por otras de elaboración canaria, de las que existen actualmente grandes disponibilidades.
La medida, estrictamente coyuntural, no hará sino mitigar la difícil situación de la industria tabaquera canaria, pero sin solucionar ninguno de sus auténticos problemas. Todo ello, sin abordar los efectos comerciales que una manipulación de este tipo en el mercado puede provocar, tanto para el monopolio como para las industrias del archipiélago.
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