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El Atlético dio un tono paupérrimo de juego

El Atlético de Madrid decepcionó profundamente en el estadio Insular. Ya sabíamos de sus bajas, la última la de Ayala, pero de todas formas el campeón de Liga de la temporada pasada dio un tono probrísimo de juego. Si acaso, en el primer tiempo fue cuando más le hizo frente a una Unión Deportiva codiciosa, con ganas de quedar bien después de sus últimos malos resultados en Liga y Copa de la UEFA. De esta forma el Atlético se convirtió en víctima propiciatoria, y aunque hay que insistir que en el primer período aguantó bien la iniciativa canaria, ya se veía que Las Palmas imponía su ritmo de juego, su mejor concepción del fútbol ofensivo y su capacidad de resistencia física. Miguel Muñoz le ganó la partida a Luis en el plano estratégico, porque anuló a Aguilar sacando a Hernández de lateral, hombre más rápido que Páez, y fijó a Rubén Cano en un marcaje por relevos del que se hacían cargo Felipe y Roque. De este modo, el Atlético bien poco pudo hacer delante.En la segunda parte, la superioridad canaria fue manifiesta, y eso que el trío de centro del campo no estuvo a la altura de otras jornadas. Principalmente Brindisi no alcanzó la nota normal de su juego creativo, pero como contrapartida, Félix y Jorge lucharon mucho y, lo que es más importante, la punta de ataque sí que estuvo acertada. Maciel, Morete, y en última instancia Juani, trajeron en jaque a la cobertura atlética, que además, desde el minuto nueve de este segundo tiempo, contaba con la baja importantísima de Pereira, expulsado justamente por doble amonestación, en una segunda entrada durísima a Félix. Pereira quiso dar un show en el Insular y al final, descamisado y todo, abandonó el terreno de juego entre las protestas del público. Extrañó esta actitud del formidable jugador brasileño, de reconocida deportividad. La cobertura atlética ya no fue la misma con esta sensible ausencia, y Benegas, Capón, Marcelino, Leal y hasta el mismo Marcial pasaron muchísimos apuros en contener la avalancha amarilla, que daba la impresión quería borrar el recuerdo de la eliminación del miércoles anterior con el Ipswich Town. De esta forma comenzaron a llegar los goles. Y Morete en dos ocasiones y Maciel en otra batieron a Reina. Pudo muy bien Las Palmas haber aumentado la cuenta, pues incluso el Señor Navarrete, al margen de dos penalties claros en el área atlética, anuló un gol a Fernández en un fuera de juego que nadie vio. En definitiva, que el Atlético de Madrid pasó sin pena ni gloria - más bien con pena- por el estadio Insular. La verdad es que un aspirante al título, al menos teórico, tiene que demostrar y exponer más si quiere que le consideren. La baja de Ayala no justificación para la pobre impresión que en esta oportunidad dieron los pupilos de Luis Aragonés. Y eso que antes del partido en Las Palmas se temía la visita de los colchoneros, pero luego todo parecido con la supuesta realidad fue pura coincidencia. El Atlético sólo estuvo bien en el primer tiempo, cuando Pereira puso un poco de orden en la zaga.

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