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El alcalde insiste en no colgar la escultura de Chillida del puente de Juan Bravo

El alcalde de Madrid, Juan de Arespacochaga, en la rueda de prensa que celebró ayer por la mañana, insistió en que en poder del Ayuntamiento obran una serie de informes técnicos que demuestran que el puente entre las calles de Juan Bravo y Eduardo Dato sobre la Castellana no resiste el peso de ocho toneladas de la escultura de Eduardo Chillida, La sirena varada. «Además, añadió el alcalde, nadie me ha pedido que esa escultura sea colocada en el museo al aire libre.»

El alcalde de Madrid aseguró ayer en la habitual rueda de prensa de los jueves, en la Casa de la Villa, que los informes técnicos que en su día efectuaron los técnicos municipales -eran los tiempos de Carlos Arias como alcalde- demuestran que la estructura del puente de Juan Bravo no puede resistir el peso y la tensión de la escultura de Eduardo Chillida, La sirena varada, que, ante la negativa del Municipio madrileño a instalarla en el museo al aire libre allí existente -para el que fue donada por el escultor-, fue entregada al Ayuntamiento de Barcelona y ahora se expone en el museo Miró.El señor De Arespacochaga, tras asegurar que « al alcalde nadie le ha pedido que cuelgue la estatua» -a pesar de que una representación de la Asociación de Amigos del Museo así lo ha solicitado del delegado de Educación, Antonio Cortina- dijo que está a punto de constituirse un patronato encargado de velar por la conservación del museo. «Antes de decir si el puente aguanta o no aguanta la escultura en cuestión habríamos de preguntar al patronato si quiere que se cuelgue o no."Para el alcalde, el trámite, una vez que el patronato dijera que, está de acuerdo con colgarla, consiste en ver si el puente tiene fuerza para soportar el peso. «Y, si la tiene, habrá que abrirle un expediente al proyectista por haber calculado un puente para una mayor resistencia de la necesaria.»

Los proyectistas no deciden si se cuelga o no

«Todo lo que pueden decir los, proyectistas -aseguró después el alcalde- es que no sufre el puente al colgar la escultura. Pero si se debe colgar ésta o no, no es cuestión de los proyectistas. Además, uno empieza a sospechar, si los proyectistas están diciendo que se cuelgue, de la fiabilidad de sus informes.» El señor De Arespacochaga se refería a José Antonio Fernández Ordóñez y a Julio Martínez Calzón, dos de los autores del proyecto del puente, que han solicitado de la Delegación de Educación que se suspenda la escultura del puente, habida cuenta de que, según sus propios cálculos, éste resiste el peso.José González Paz, delegado de Obras y Servicios Urbanos, aportó en la rueda el informe redactado en su día por técnicos municipales negando la viabilidad de que el puente soportara el peso. Asimismo, adjuntó el acuerdo adoptado por el pleno de la Corporación celebrado el 29 de noviembre de 1972, en el que se declara improcedente el suspender la escultura, habida cuenta de los informes técnicos que hablan de los riesgos posibles, y de que la Corporación no admite esos riesgos, además de que la responsabilidad era del Ayuntamiento y no la compartían los autores de otros informes técnicos que aseguraban que era posible colgar la escultura. El pleno, en la misma sesión, decía que estaba dispuesto a optar por otras soluciones, tales como suspender la escultura de un armazón separado del puente. Pero Eduardo Chillida no aceptó esta solución y cedió su obra al Ayuntamiento de Barcelona.

Posible acuerdo para que el Ayuntamiento no pague el Metro

«Estoy seguro de que se llegará a un acuerdo con el Ministerio de Transportes para que el Ayuntamiento no pague ni una peseta del déficit del Metro», dijo también el alcalde sobre. este tema. Y añadió: «Al Ayuntamiento le asiste toda la razón.»Para razonar esta afirmación, aseguró que «la construcción y la explotación del Metro se han hecho a espaldas del Ayuntamiento; se ha hecho caso omiso a las iniciativas municipales sobre el Metro, y ahora se pretende que sea el Ayuntamiento el que cargue con él. Está claro que el Ayuntamiento tiene unas obligaciones morales, pero es de clavo pasado que la Corporación no tiene dinero para pagarlo. Por ello, estoy seguro de que se arbitrará una solución para que el Ayuntamiento no haya de cargar con el gasto de este medio de transporte».

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