Rafael Pérez Sierra
(Madrid, 1935), toma hoy posesión del cargo de director general de Teatro. Como tantos licenciados en Derecho, dejó empolvar su título para dedicarse a tareas menos lucrativas pero más gratificadoras. Ayudante de dirección en el teatro María Guerrero, profesor de escena lírica en la Escuela Nacional de Canto y director -desde octubre de 1976- de la Escuela de Arte Dramático de Madrid, ha dirigido dieciséis óperas y puesto en escena diferentes piezas de teatro lírico y dramático, siendo la última El filántropo, de Christopher Hamptom. Ha colaborado, desde su fundación, en las páginas culturales de EL PAIS. Nadie puede arrendarle la ganancia por su nombramiento: desde los tiempos anteriores a Lope de Rueda la escena española no había conocido una época de atonía cultural y de abandono del público como la actual. Suerte.
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