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"La Monarquía es integradora"

«La función de la Monarquía es integradora. Afecta a la esencialidad. Plasma y vincula en su espíritu lo que hay de común, aquello que. nos hermana y entronca», dijo don Juan Carlos durante el acto de homenaje al Príncipe de Asturias.El discurso del Rey se basó en dos temas: la Monarquía como defensa de la identidad común de las regiones de España, así como de la identidad plural de su pueblo y la significación del acto y el papel del príncipe Felipe como futuro Rey.

«Por encima de lo mutable y transitorio -dijo don Juan Carlos- pero respetando sus rasgos la Monarquía sirve a las identidades plurales de su pueblo. Las quiere todas tal y como ellas se quieren a sí mismas, en libertad y en paz. Unidas por el progreso. Pero también sintiéndose miembros de la misma sangre, árboles de un mismo bosque, aguas de un mismo mar. En definitiva, miembros de una familia.»

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El príncipe Felipe recibió el homenaje de Asturias

«En esta Asturias, desde eso que un gran historiador español de este siglo llama «la fiera voluntad de libertad» -dijo más adelante el Rey- nació España. Por eso me gustaría deciros, y no encuentro palabras para ello, que España es la construcción, a través de los siglos, a través de sinsabores y gloria, de la libertad. Esa misma que ahora nos une y compromete.»

Don Juan Carlos se dirigió a su hijo para recordarle que la Cruz de la Victoria que llevaba sobre su pecho «es, efectivamente, una victoria que hemos de conquistar todos los españoles. Una victoria sobre el egoísmo y la ambición. Sobre la incultura y la ignorancia. Sobre el atraso Y la pobreza. Sobre la pereza y la disgregación. Sobre la incomprensión ylas diferencias negativas. Una victoria que es preciso conseguir y consolidar cada día»

«La cruz -añadió el Rey- significa la solidaridad de todos los españoles y su voluntad de sobrevivir como nación. Su voluntad de seguir con orgullo su camino, con el mismo orgullo con que un día iniciaron aquí, en estas montañas, su identidad nacional. »

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«Esa cruz -terminó don Juan Carlos, dirigiéndose a su hijo-, significa también tu cruz. Tu cruz de Rey. La que debes llevar con honra y con nobleza, como exige la Corona: ni un minuto de descanso, ni el temblor de un desfallecimiento, ni una duda en el servicio a los españoles y a. sus destinos. En esa obra bien hecha, en esa voluntad de superación, yo quiero que tu, Príncipe de Asturias, te sientas entrañable y crucificado. Esa cruz te exige a tí y a todos los españoles, cuyas generaciones jóvenes representas, cumplir siempre con lo que España os pida y de vosotros espera.»

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