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Reportaje:

Inmnente relevo en las secretarías generales del PSUC y PC de Euskadi

La ausencia de las sesiones de ayer de dos destacados miembros del Comité Central, el profesor Manuel Sacristán y el dirigente obrero Francisco Frutos, segundo candidato a diputado en la lista por Gerona el pasado 15 de junio, fueron nota destacada de la primera sesión del cuarto congreso del Partido Socialista Unificado de Cataluña (PSUC), cuyos trabajos prosiguen hoy y concluyen el próximo martes en Barcelona. Ambos ausentes son considerados leninisias o puros, y por ello sus posturas políticas están muy alejadas de la sostenida por los bandera blanca.La sesión de ayer estuvo centrada en la discusión del informe del Comité Central, presentado por Gregorio López Raimundo. Su contenido era objeto anoche de importantes discusiones, que debían finalizar sobre medianoche. Algunos delegados criticaron el hecho de que el informe del Comité Central no fuese dado a conocer hasta ayer mismo.

Dicho informe fue criticado por sectores puros o «leninistas», particularmente en base a la aceptación que en el se aprecia de¡ pacto de la Moncioa y de la beligerancia dada, en la página doce del mismo, a los sindicatos profesionales no Integrados en Cornisiones Obreras.

Otro punto de interés de la sesión de ayer lo constituyó la petición de dos delegados, Miguel, Candel y Víctor Ríos -ambos por Barcelona y de tendencia «leninista», cuya finalidad era conseguir que fuera sometido a discusión el reglamento del congreso, el cual sólo concede la palabra a los jefes de delegación.

Este deseo fue puesto a votación, logrando obtener sólo 44 votos, mientras se producían 93 abstenciones y la inmensa mayoría de los 1.200 delegados se pronunciaba a favor del reglamento elaborado por la dirección. Es de señalar que este reglamento era conocido de los jefes de delegaciones al congreso desde anteanoche, y por los dele-gados, sólo desde ayer mismo.

La noche anterior también se habían producido discrepancias acerca de cuestiones importantes de procedimiento, en el curso de una reunión de losiefes de delegación y la dirección del PSUC. Una solicitud en favor de que pudiese haber intervenciones a favor y en contra de las mociones fue rechazada entonces por más de noventa votos en contra, siete abstenciones y sólo tres votos a favor (entre ellos el jefe de la delegación de Barcelona centro y el responsable de la delegación de Igualada).

Si bien la nueva dirección no será elegida hasta el martes, puede ya afirmarse que prácticamente toda la dirección saliente permanecerá en sus cargos, casi sin excepción, pasando Gregorio López Ralmundo a la presidencia del partido y Antonio Gutiérrez Díaz a la secretaría general. Se ampliará asimismo el comité ejecutivo y el Comité Central, en base a la presencia de personas de concepciones un poco coincidentes.

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En efecto, el ingreso en el comité ejecutivo del polémico bandera blanca o socialdemócrata Jordi Borja estaría contrarrestada por el ingreso en el mismo órgano de los leninistas Rodríguez Rpvira, Francisco Tribes y Antonio Luchenti. En el Comité Central, el ingreso del leninisla Andreu Claret y de numerosos dirigentes obreros tendría como contrapartida el acceso a este órgano de los socialdemócratas Eulalia Vintro y Albert Caldiero. Estos dos últimos ingresos seran considerados también polémicos, ya que ambas personas son consideradas partidarias de sindicatos profesionales unitarios en sus respectivos sectores profesionales -ensenanza y administración pública, respectivamente-, hecho que es duramente criticado por los leninistas y, en general, por los obreros del partido.

El PC de Euskadi busca su identidad

Después de los trámites previos de constitución de la mesa -32 votos en contra, cinco abstenciones- y aprobación del orden del día, el tercer congreso del PC de Euskadi inauguró ayer sus sesiones de trabajo en el cine Astoria. de Bilbao, con tina fuerte ovación que los asistentes, más de un millar de personas, dedicaron al secretano general, Ramón Ormazábal, cuando subló al estrado para dar lectura al extenso informe político.

En opinión de algunos era ésta una ovación de respeto por los cuarenta años largos dedicados al partido, y de despedida, porque el panorama político parece exigir otro hombre en su cargo. En los pasillos del congreso se asegura asi que es prácticamente segura la elección de Robertó Lerchundi para la secretaría general (véase EL PAIS del jueves último), aunque al mismo tiempo se dice que la presidencia que va a ocupar Ramón Ormazábal no va a ser un cargo meramente honorífico, sino que tendrá funciones ejecutivas.

La jornada de ayer la dedicó el congreso a la discusión del informe político, cuya lectura -44 folios- ocupó toda la sesión de la mañana, desde las diez hasta cerca de la una. El pleno contintió por la tarde con la intervención de congresistas que pusieron en evidencia, una vez más, el equilibrio de fuerzas entre el sector centralista, partidarlo de seguir la política actual, fuertemente dependiente del PC de España, y el nacionalista, que defiende una autonomía orgánica. A lo largo de las dos horas y media que duró la lectura del informe, Santiago Carrillo no abandonó la sala ni un momento y siguió con suma atención las palabras del señor Ormazábal, iniciadas con una alusión esperanzada al nuevo clima de reconcialiación que se había estrenado tras la amnistía, que era «el corte más definitivo con la vieja época». Tras analizar los últimos años de la política en Euskadi en cuya referencia no faltaron las denuncias contra las acciones violentas, pasó a explicar el fracaso de los comunistas vascos en las pasadas elecciones. Juzgó excesivamente autocrítica la «plataforma» elaborada en el seno del partido y, en cierto modo, echó balones fuera al achacar el fracaso electoral más a razones externas que internas, mientras que la militancia entiende que no ha sido así. Dijo que quienes piensan que su fallo está en la falta de izquierdismo pierden de vista que «el objetivo hoy no es el socialismo, sino la democracia y la autonomía». Añadió también que los resultados no hubieran sido mejores de haberse acercado a la izquierda nacionalista, como algunos han insinuado en el senodel propio partido y que, de todas formas, les separa de esa izquierda la independencia que proclaman. El capítulo quizá más importante del informe es el referido a las autonomías, porque en gran parte recoge las posiciones que el grupo parlamentario comunista va a defender en la comisión constitucional a través de su diputado catalán, Solé Turá. En esta línea los comunistas entienden que las autonomias deben ser simplemente un paso previo para una organización federal del Estado. En el caso vasco en tienden que la autonomía debe abarcar a Alava, Guipúzcoa, Navarra y Vizcaya, de modo que si alguna de ellas no la asume en un primer momento, quede abierta la posibilidad de su incorporación posterior. Gozarán de la condición de vascos todos los cludadanos del Estado español que tengan vecindad administrativa en Euskadi.

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