La CEE recomienda a sus miembros subvencionar al sector naval

La producción mundial en el sector naval disminuirá en un 40 % entre 1975 y 1980, según anunció ayer en Bruselas el director general de política industrial de la Comisión Europea, señor Brown.

El organismo comunitario propone al consejo de ministros que, en consecuencia, continúe sus subvenciones a los astilleros navales comunitarios para que puedan mantener su grado de competencia frente a la producción de países terceros. Se calcula que hasta 1980 los europeos ayudarán financieramente a la construcción naval.«Mil novecientos setenta y siete ha sido un año relativamente bueno, porque se trabajó con pedidos de 1974. Pero 1978 se anuncia como un año francamente malo para la construcción naval europea», añadió el experto comunitario.

La acción de la Comisión Europea pretende coordinar las ayudas nacionales en el interior de la CEE, para evitar tensiones entre países. Se tendrán en cuenta los compromisos pactados en el marco de la OCDE (donde participa España) de controlar las subvenciones, créditos, tipos de interés y duración, para evitar un aumento de tensiones en el mercado mundial de la construcción naval.

Actualmente Japón controla más del 60 % del sector. Un acuerdo CEE/Japón, de reparto de producciones, está en vías de negociación.

En 1975 la producción mundial de barcos fue de 33 millones de toneladas. Las previsiones para 1980 se sitúan entre trece y once millones de toneladas.

En su programa de acción comunitaria para la construcción naval, la Comisión Europea prevé «una adaptación de las capacidades de producción a las perspectivas del mercado». Situación que influirá en los puestos de trabajo, para los cuales la Comisión propone crear empleos al margen del sector naval. Esta visión parece un tanto optimista para una Comunidad que acaba de superar la cifra de seis millones de personas en paro.

Las medidas comunitarias no deberían influir en el sector naval español, que, según estadísticas, exporta poco hacia los países del Mercado Común. Sin embargo, las subvenciones a los astilleros europeos perjudicarán el nivel de competencia exterior del sector naval hispano que, a decir de los expertos, se encuentra «en una situación catastrófica».