"Hacerse cargo del Metro supone un sacrificio para el Ayuntamiento"
El alcalde de Madrid ha acogido con escaso agrado la idea de que sea el Ayuntamiento el encargado de explotar la Compañía Metropolitano, tema que hoy se aprueba en el Consejo de Ministros. Además de considerarlo un sacrificio, pone como condición imprescindible que al hacerse cargo de la compañía no tenga que afrontar ninguna deuda. Junto a este tema, la insistencia del alcalde respecto a que la ordenanza 4ª es «intrínsecamente buena» fueron los puntos más interesantes abordados en la rueda de prensa de ayer.
«El Ayuntamiento de Madrid pecharía con el sacrifico de explotar el Metro siempre que no tenga que afrontar el déficit de la empresa. Esta es una cuestión sine quae non.» Juan de Arespacochaga expresó muy poco entusiasmo ante el reciente anuncio -tema que se decide en el Consejo de Ministros de hoy- relativo a la explotación directa del Metropolitano madrileño por el Ayuntamiento.El déficit que arrastra la Compañía Metropolitano, y que en 1978 arrojará la cifra de 1.340 millones de pesetas -según cálculos del Ministerio de Transportes-, contando con la subida de dos pesetas, parece ser el principal obstáculo para que el Ayuntamiento de Madrid acepte hacerse cargo del Metro. El alcalde señaló que alguien debe afrontar las deudas, y que ese alguien no puede ser el Ayuntamiento. «La participación del Estado debe ser decisiva. Una empresa privada no puede hacerse cargo porque no puede soportar precios políticos.»
Respecto a la solución idónea para el Metro, el alcalde, tras señalar que no se podía permanecer impasible ante una situación tan dramática como la actual, explicó que la solución residía en la creación de un consorcio encargado de coordinar todos los transportes madrileños.
Finalmente habló de la decisión gubernativa, manifestando que «el Ayuntamiento no está satisfecho con la solución tomada, pero el tema está tan mal que quizá no haya otra solución».
«Quiero pensar que quienes se manifiestan contrarios a la modificación de la ordenanza cuarta no la han leído. Me cuesta trabajo creer que no sean capaces de entenderla, porque la ordenanza es intrínsecamente buena.» Juan de Arespacochaga respondió así a las críticas que desde numerosos estamentos se están haciendo contra la modificación y, en concreto, a las últimas manifestaciones del ministro de Obras Públicas y Urbanismo, señor Garrigues.
Además de señalar el desconocimiento de quienes critican la ordenanza, el alcalde manifestó que se mezclan matices políticos. «El Ayuntamiento no se ha decidido a buscar votos, pero es respetuoso con la gente que a través de una crítica municipal quiere hacerse su propia campaña electoral. No obstante, si no quieren la ordenanza, ésta se retira y asunto olvidado.»
Finalmente, y ante la extrañeza manifestada por algunos informadores por la duda del alcalde de que tanto partidos políticos como entidades ciudadanas y algunos meimbros del Gobierno que se han pronunciado contra la modificación desconocieran su texto, Juan de Arespacochaga afirmó que él era el más sorprendido ante el hecho de que «gente de calidad no se haya molestado en leerla, pero parece que el único que la conoce es el
Ayuntamiento, porque de lo contrario no estañan en contra. De todas formas, es una cosa que ha nacido con mala estrella.»
El gerente municipal de Urbanismo, señor Barriga, añadió como prueba del desconocimiento general ante la ordenanza, que «ahora, tal y como está, se podría levantar una urbanización en las colonias de hotelitos. Además, las únicas licencias que se pueden dar es para hacer pequeños arreglos en las viviendas.»
Otro punto tratado en la rueda de prensa fue la petición de la Asociación de Amigos del Museo de la Castellana de que se cuelgue bajo el paso elevado de la calle de Educardo Dato la estatua de Chillida, que en su día fue rechazada por motivos políticos. Ante esto, el alcalde respondió que si había problemas eran técnicos, no políticos. «No se permitirá que bajo el puente se cuelgue una cosa que no estaba prevista. Si afecta a la seguridad de los ciudadanos, desde luego la estatua no se colgará. Yo no sé si se trata de una estatua de Chillida u otro peso más pesado. Habrá que ver la resistencia del puente y entonces diremos si se puede colocar.»
El tema final de la rueda de prensa fue la mala acogida vecinal que se ha dado a la implantación de un carril-bus en la calle de Atocha. Los vecinos y comerciantes critican la medida en base a que este carril no soluciona el caos de tráfico de la zona y, en cambio, perjudica a los comerciantes, además de suprimir un buen número de aparcamientos. Al serle planteado este tema, el alcalde respondió que es una medida tendente a descongestionar el tráfico de la ciudad, pese a que, en parte, vaya en detrimento de los aparcamientos y pueda perjudicar a los comerciantes, «pero es una medida que favorece el transporte colectivo, que es el más usado por los madrileños».
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