Consecuencias imprevisibles de los conflictos en Cadiz
Por segundo día consecutivo se han repetido en Cádiz los enfrentamientos de manifestantes y fuerzas de orden público generados por el incierto futuro de la principal empresa de la comarca, Astilleros Españoles, SA, y que puede conducir a una situación de imprevisibles consecuencias en aquella zona.Macetas, tuercas, tornillos, una máquina de coser y un frigorífico han sido arrojados desde las casas a las fuerzas de orden público mientras éstas intentaban disolver a los manifestantes. La tensión generada en la ciudad por la deseonocida dureza de los enfrentamientos ha creado una sicosis de temor que ha llevado a muchas familias a no enviar a sus hijos a los colegios.
El origen del conflicto arranca de la delicada situación del sector de la construcción naval, que inexorablemente va a ser reestructurado y que llevaría al también inexorable empobrecimiento de la comarca de la bahía gaditana, ya que este sector, directa o indirectamente, constituye la principal fuente de empleo de la zona.
La construcción del gran astillero de Puerto Real, en base a la acción concertada y bajo los auspicios del actual presidente de AESA y el señor López Bravo, mereció siempre un juicio desfavorable por lo disparatado de dicha construcción. Ha sido precisamente una comunicación del propio señor Benzo, dirigida a todo el personal de las factorías, la que creó la actual situación de alarmismo, cuyos dos más importantes jalones son la manifestación de 100.000 personas el día 11 y los violentos incidentes de estos dos últimos días.
Estas últimas jornadas, que han contado con un amplio protagonismo de las fuerzas extraparlamentarias, han roto la unidad total que existía de respuesta ante la amenaza que sufría Cádiz de pasar de 140.000 habitantes a 80.000.
De alguna manera, la falla de respuestas concretas y el escaso interés demostrado en Madrid por el problema de la bahía de Cádiz podrían explicar, probablemente, la amplia audiencia de los grupúsculos extraparlamentarios de la zona.
Ultima página
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.