«Cuando el presidente
español Adolfo Suárez estaba con el agua al cuello, como dice el director del gran periódico EL PAIS, acudieron en su auxilio sus enemigos políticos para salvarle. En dos sesiones, en el palacio de la Moncloa con las puertas cerradas, se pusieron de acuerdo la semana pasada los dirigentes de todos los partidos políticos, incluyendo socialistas y comunistas, para formular un plan de saneamiento de urgencia...Había llegado el momento oportuno para emprender una acción salvadora, que se ha llamado también un pacto histórico...
Las inversiones han descendido hasta un punto cero. Casi 10.000 firmas se encuentran al borde de la bancarrota y en la industria textil catalana 250 pequeñas y medianas empresas...
La oligarquía financiera, en su mayoría banqueros, agudiza la crisis económica y por su política crediticia pone a las pequeñas y medianas empresas al borde de la ruina...
El dirigente de Comisiones Obreras, Marcelino Camacho, afirmó «que si no se encuentra una solución, vendrá un Pinochet». El gran empresario vasco Luis Olarra estableció un paralelismo con la situación argentina: «Si esto continúa así, vendrá un Videla ... »
Hace un mes se reunieron ocho generales, cuatro en activo y cuatro de la reserva, en la finca de recreo del ex vicepresidente general Santiago de Mendívil, en Játiva, cerca de Valencia, y pidieron al rey -«la vuelta a la normalidad»...
El propio rey Juan Carlos llamó a los militares al orden en un discurso que pronunció durante su viaje por las Islas Canarias ante las unidades del Tercio y pidió a los militares que conservasen la calma durante el proceso de transformación política.»
17 octubre
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