Impugnaciones al plan parcial Granada-Oeste
«La Redonda no es un barrio, es una bestialidad para la ciudad de Granada», decía la semana pasada, en el curso de una conferencia-coloquio organizada por la comisión de urbanismo del Colegio de Arquitectos de esta ciudad, el arquitecto Fernando Ramón Moliner. «La existencia de La Redonda -añadía- ha bloqueado la posibilidad de desarrollo urbano de esta ciudad, debido a una zonificación posiblemente inventada por cuatro burócratas interesados. No hay nada semejante a La Redonda en el mundo: su densidad de construcción es infrahumana.»
La opinión del arquitecto señor Moliner ha quedado, en efecto ratificada a tenor de las varias impugnaciones que firmadas por organizaciones políticas y ciudadanas, y por numerosas personas partículares, han sido presentadas en el Ayuntamiento granadino contra el plan de ordenación urbana del sector oeste de la ciudad, cuyo plazo de información pública concluyo el pasado fin de semana.El plan parcial Granada-Oeste tiene sus límites en los ríos Genil y Beiro, por sus extremos sur y norte, respectivamente, y se extiende en un rectángulo cuyo lado mayor tiene una longitud aproximada de unos tres kilómetros y corre paralelo a la avenida del Almirante Carrero Blanco, más conocida populamente con el nombre de La Redonda o Camino de Ronda.
Toda la zona es relativamente nueva y está considerada como el ensanche de la ciudad de Granada hacia La Vega, ensanche en el que como ha dicho un conocedor del tema, "lo único que ha privado desde su iniciación, al principio de los años sesenta ha sido el sentido especulador».
La huerta de San Vicente
Entre las varias e importantes alegaciones al plan presentadas del Ayuntamiento de Granada, las firmadas por el comité provincial del Partido Socialista de Andalucía (PSA) y por la agrupación del Partido Comunista de España (PCE) en el camino de Ronda, respectivamente, destacan sobre el resto por la enorme cantidad de datos interesantes que aportan.El PSA, por un lado, estima el conjunto del plan Impugnable en su totalidad primero, porque «no ofrece soluciones que aseguren un mínimo de bienestar y convivencia a la colectividad que habita en dichas zonas», y segundo, porque «no se enfrenta a los problemas actuales, que hacen del Camino de Ronda un lugar asfixiante e incómodo, exponente fiel de la política urbanística que ha sufrido Granada en los últimos treinta años».
Según las alegaciones del PSA, faltan en el plan zonas verdes y de servicio, y sobran, sin embargo, los pasos elevados previstos para los cruces del Camino de Ronda con las calles de Recogidas y Méndez Núñez, los cuales deberían ser sustituidos por pasos subterráneos. Respecto a las zonas verdes. el plan no cumple lo previsto Y acordado por el plan comarcal vigente.
Asimismo, la huerta de San Vicente, casa de la familia García Lorca, por la que hubo una gran polémica en la anterior redacción del plan, sigue estando todavía en peligro. La casa queda ahora, efectivamente, a caballo entre dos zonas, una calificada como verde y otra como de servicios, afectando esta última zona a una parte menor de la casa de la huerta. Estos metros escasos por los que la casa del poeta granadino se ve todavía en peligro demuestran, según el PSA, el sentido de todo el plan, que «subordina los intereses de las 30.000 personas que habitan en la zona a la especulación, y que no impide el fin de ese desastre de ciudad que es el camino de Ronda».
Por su parte, la agrupación comunista del Camino de Ronda exige que la resolución sobre el plan sea aplazada hasta tanto no se celebren elecciones municipales democráticas, ya que «el plan lesiona claramente los intereses de los vecinos del sector en cuestión, sin posibilidad de que éstos se expresen y den su opinión», aparte de que «decisiones de la envergadura de esta hipotecan gravemente la gestión del futuro Ayuntamiento democrático».
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