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Producción de energía por "miniciclones"

Cuando un ciclón, tornado o agente eólico similar azota alguna zona de la Tierra, se puede constatar la violencia con la que levanta vehículos, destroza viviendas y en ocasiones arranca árboles, siendo capaz de movilizar amplias masas del agua de mares, lagos o ríos... Toda esa fuerza, generalmente desaprovechada para empleos útiles, máxime teniendo en cuenta la cantidad de fenómenos de este tipo que se producen en zonas deshabitadas, es recogida por el sistema hidro-eólico de doble conversión ciclónica por policonoides, con asistencia solar y agua como elemento regulador, descubierto por el español J. V. Zapata, que con un numeroso grupo de colaboradores ingenieros, químicos y técnicos, ha dado forma a sus proyectos en un organismo creado al efecto bajo el nombre de SENSA (Sistemas de Energía Naturales, Sociedad Anónima).El sistema genera energía termoeléctrica, recogiendo la energía del viento como los ciclones y tornados. Es decir, se trata de crear verdaderos ciclones en el Interior de cada unidad ciclónica. El principio aplicado no es otro, pues, sino el del teorema de Bernouilli, principio que rige la mecánica de los fluidos, tanto líquidos como gaseosos. Este principio explica las relaciones entre las diversas energías de una masa de líquido o gas en función de la velocidad del mismo (energía cinética) y en función de su altura (energía de posición). También se tiene en cuenta la energía interna del gas, su agitación molecular (factor termodinámico).

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El teorema de Bernouilli expresa el aumento de velocidad que experimenta una corriente de fluido al estrecharse el conducto por el que circula ese fluido. Esa angostura en la tubería o similar provoca una gran aceleración, un aumento en la velocidad de la corriente. Es posible, pues, empleando una diversidad de conductos, convertir una corriente de aire ordinaria, más o menos fuerte, en ciclónica. Este es uno de los efectos logrados en este sistema. Pero además se han logrado otras conquistas, inéditas hasta la fecha.

Otras dimensiones del viento

Una de estas importantes innovaciones del sistema energético hidroeólico es que, a diferencia de los clásicos sistemas de obtención de energía a partir del viento, como han sido los molinos desarrollados en todas las épocas de la historia, se empiezan a utilizar las otras dimensiones de la energía eólica. En este caso no es sólo la energía cinética la aprovechada, sino sus otros aspectos, energía de posición y termodinámica, no empleados en los tradicionales molinos. «Antiguamente la humanidad comenzó a utilizar esa formidable forma de energía que es el viento -nos informa uno de los ingenieros promotores del grupo de J. V. Zapata-, pero posteriormente se desvió hacia otras modalidades, como las combustiones, o actualmente la nuclear, más contaminantes y menos naturales, en lugar de haber proseguido la investigación en la dirección que marcaban aquellos mecanismos tan primitivos y sencillos de obtención de energía eólica.»

«El aspecto no contaminante es constantemente tenido en cuenta en el proyecto de estos ingenieros españoles. Denuncian la energía nuclear, asegurando que en todo el mundo -basta con espigar la prensa cualquier día para ello- crece el movimiento contra la proliferación de centrales nucleares.» ,Por otra parte, insisten en que el petróleo, frente de más del 70 % del consumo energético mundial, tiene limitadas sus existencias a un período de unos veinticinco años.

Frente a ello, un viento cuya energía total anual equivale a todas las reservas de petróleo y energía, «capaz de sostener a una persona inclinada 45 grados; de una fuerza brutal manifiesta en tifones, huracanes y tornados...» es una alternativa de energía limpia, «sí somos capaces de captar este tipo de energía, tan inagotable como la del sol y absolutamente no causante de polución».

Mientras las centrales nucleares exigen unas 40.000 pesetas de inversión por kilovatio de potencia instalada, y las centrales solares más de 60.000 pesetas por la misma unidad de producción, el sistema referido de aprovechamiento de la fuerza eólica supone un costo de 50.000 pesetas por kilovatio instalado.

Régimen de producción continua

El sistema se basa, según es descrito por sus creadores, «en la reproducción en un recinto cerrado -torre ciclónica- de la disposición vectorial de las fuerzas naturales contenidas en un flujo laminar de aire, para transformarla en un movimiento rotacional en espiral abierta o cerrada ascendente, disminuyendo la velocidad de escape del flujo del rotacional a los límites mínimos precisos para garantiza la máxima detracción de la energía total del volumen deflactado».

Un gran problema de las formas de energía que se proponen como alternativa de las actuales es el de la producción continua. Se dice que el Sol no ilumina del mismo modo en todo momento, cuando se refiere a la energía solar, ni el viento sopla siempre con la misma intensidad. Frente a ello, la combustión de carbón o petróleo, la reacción nuclear y el movimiento de un flujo de agua sí pueden ser reproducido en características de régimen continuo.

Este obstáculo es solventado, en el sistema de producción energética propuesto, mediante la incorporación de otro aspecto: el empleo de agua como elemento regulador. ¿Cómo tiene lugar esta asistencia?

Por una parte, el sistema termociclónico genera energía eléctrica, recogiendo la energía del viento como los ciclones y tornados,

Producción de energía por "miniciclones"

cuando el convertidor termociclónico reproduce en un conducto vertical, con obturadores baromáticos, un torbellino ciclónico que mueve las turbinas acopladas a un generador eléctrico. Pero quién mueve estas turbinas cuando, por no soplar el viento, no es posible crear el miniciclón?

El sistema es independiente de la presencia y regularidad del viento. Funciona también sin él. Con vientos débiles o calmas absolutas. el sistema se autoceba térmicamente. La explicación de este prodigio no es otra sino la creación artificial de corrientes de viento como resultado de una combustión del hidrógeno que se está produciendo en todos los períodos de calma eólica. Una constante electrólisis, de reducido costo energético, al tener lugar con la energía eléctrica producida por el viento en sus momentos fuertes, descompone el agua en hidrógeno y oxígeno. Cuando el viento desaparece, ese hidrógeno se vuelve a unir al oxígeno -de ahí el término de combustión para un hecho absolutamente diferente de la habitual combustión del petróleo o carbón -originando con ese proceso exoenergético (productor de energía), la corriente de aire que se requiere para mantener la creación de los miniciclones productores del movimiento de las turbinas.

En resumidas cuentas, cuando vientos fuertes lo permiten, el excedente energético es almacenado en esa electrólisis del agua, en esa separación del hidrógeno y el oxígeno, que es un proceso endoenergético (absorbente de energía). Y cuando el viento amaina, la energía almacenada en la electrólisis vuelve a manifestarse en la nueva unión del hidrógeno y el oxígeno, exoenergéticamente -con producción de energía-, manteniendo así la producción. Todo ello gracias al viento y sin contaminación. «El aprovechamiento integral de la inconmensurabie energía del viento -concluyen los promotores del sistema- liberará a muchos pueblos de su servidumbre energética, eliminando las causas de polución y contaminación, pues la energía obtenida es totalmente limpia.»

Por otra parte, la libertad de situar centrales de energía por conversión ciclónica en cualquier punto va a permitir la resuperación y explotación de grandes áreas geográficas hoy abandonadas por el hombre, permitiendo, como ventaja adicional, desalinizar con facilidad y economía agua del mar, explotando la riqueza que supone disponer de hidrógeno, agua, sales minerales y oxígeno sin limitación y a bajo precio.

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