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El primer informe del forense confirma el suicidio de los dirigentes del grupo Baader-Meinhof

Según el primer informe de la autopsia realizada a los cadáveres de Andreas Baader, Grudrun Ensslin y Jan-Carl Raspe, los tres murieron por suicidio. Que fuesen ellos los autores materiales de esta determinación parece que queda fuera de duda. Sin embargo, queda algún resquicio de incertidumbre en torno a si sicólógicamente pudieron entrar en juego factores determinantes, provocados o fortuitos, que en circunstancias normales no habrían llevado a los prisioneros a esta trágica decisión.

Hoy jueves se presenta oficialmente el informe completo de la autopsia. En ésta estuvieron presentes cinco forenses alemanes y dos de los países de habla germana, un médico de Viena y otro de Zurich. También asistió a la operación el abogado defensor de Gudrun Ensslin, Otto Schily. El abogado manifestó que no cabe la menor duda de que los tres prisioneros murieron por su propia mano. Sobre sus cadáveres se han encontrado, según la policía, dos cartas en las que acusaban de su «asesinato» a la propia policía alemana. También, según la policía, fue encontrado un pequeño receptor de radio.No obstante, siguen en pie interrogantes comprometedoras en torno a la muerte de los tres presos. Aparte del origen de las armas, del cable eléctrico con el que se ahorcó Gudrun Ensslin y del pequeño transistor de radio, más el cuchillo de cocina empleado por Irmgard Holler para causarse graves heridas, no se encuentra aún explicación a cómo el vigilante de la nave de la prisión no pudo oír los disparos con los que, según la versión oficial, se quitaron la vida Baader y Raspe. («Las puertas de las celdas están insonorizadas», ha dicho el ministro de Justicia de Baden Traugott, Bender) y en cambio sí pudieron los presos escuchar la noticia de la liberación de los rehenes del avión de Lufthansa a través de un receptor de radio en funcionamiento en otra celda próxima, pero no inmediata (según la primera versión oficiosa) y esto en horas de silencio y con un vigilante apostado a quince metros de los lugares en los que se encontraban los presos. En el caso del minitransistor encontrado en la celda de Baader, ¿cómo hizo llegar la noticia a los demás detenidos?

Por otra parte, se ha comunicado en fuente oficial que los detenidos eran registrados diariamente desde el día en que fue secuestrado Schleyer, y que en una ocasión se encontró a Baader una cámara fotográfica Minox de dimensiones mucho menores, por supuesto, que una pistola. Desde aquel día no se les hizo llegar ningún paquete, y solamente un oculista debidamente vigilado les prestó asistencia médica en alguna ocasión.

La pistola que utilizó Raspe es una Heckler Koch, del calibre de nueve milímetros y la de Baader, de 7,6 milímetros, armas de las que no van provistos los guardianes de la prisión y de las que dispone únicamente la policía.

Las sospechas en torno a las circunstancias de la muerte de los tres presos comenzaron cuando la agencia Reuter transmitió una noticia en la que se hablaba de pistolas y una agencia francesa apuntó la tesis de que fueron agentes de la policía los que habían disparado contra los detenidos. La prensa alemana, más sujeta al control informativo de estos días, tuvo que limitarse a esperar las comunicaciones oficiales «entre rumores y un gran silencio», como titula el periódico liberal Frankfurter Rundschau. El periódico habla de «escándalo» informativo referido a las pobres declaraciones del ministro de Justicia de la región democristiana de Baden-Württenberg. El jefe de la oposición de este land, Eppler, ha dicho que «aunque la figura del ministro sea absolutamente íntegra, sin embargo queremos saber cómo entraron las armas en la prisión para que no perdure una posible leyenda que dañe a la República Federal de Alemania.

De momento, ya se han producido los primeros ceses fulminantes tras la muerte de los tres dirigentes principales de la facción del Ejército Rojo. Se trata del director y del responsable de seguridad de la prisión en que estaban recluidos, en Stammheim, cerca de Stuttgart.

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Hoy jueves, el Gobierno dará la conocer también una declaración que será la segunda desde la suscrita por todos los partidos parlamentarios, en la misma noche de la acción armada para liberar a los rehenes del avión secuestrado.

Por su parte, el portavoz del Gobierno alemán federal, Klaus Boelling, manifestó que las informaciones sobre un posible asesinato, de los terroristas «no tienen sentido» y que el Gobierno quería averiguar como lograron las armas.

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