La EFTA apoya un acuerdo de libre comercio con España

Al término de la reunión anual de los ministros de Economía y Finanzas de los siete países integrantes de la Asociación Europea de Libre Comercio, los participantes expresaron en un comunicado su «satisfacción por las negociaciones multilaterales que se están desarrollando entre los países de la EFTA y España», destinadas a llegar a un acuerdo de libre comercio, con la esperanza de que se logren «progresos rápidos y sustanciales».Durante la reunión que duró 48 horas, los ministros se informaron en detalle de la marcha de dichas conversaciones multilaterales, que se iniciaron, en el mes de junio, continuaron en octubre, y proseguirán a partir de fines del mes de noviembre. En una primera etapa se trata de establecer un trato preferencial de aranceles aduaneros entre España y los siete países integrantes de la EFTA (Australia, Finlandia, Islandia, Noruega, Portugal, Suecia y Suiza), similar al firmado por España y la Comunidad Económica Europea, en 1970, hasta llegar a la su presión total de las barreras aduaneras, como ocurre desde hace cuatro meses entre los países de la EFTA y de la CEE.Por otra parte, en el plano de la coyuntura internacional, los siete ministros reunidos en Ginebra, reconocieron que las perspectivas económicas generales son motivo de una grave preocupación. La actividad productiva -señalan- se caracteriza en estos días por una notoria disminución, y en numerosos países no se cumplirán las metas económicas de expansión programadas a principios de año.La principal inquietud demostrada en esta reunión de Ginebra, tiene relación con lo que fue definido como «la reaparición de tendencias y medidas proteccionistas bajo nuevas fórmulas dificiles de identificar».«Frente a esta evolución, conforme a las reglas internacionales concertadas -declararon los Gobiernos de la EFTA- confirmamos nuestro compromiso de aplicar una política liberal en materia de comercio internacional, señalando como ejemplos concretos, las actuales conversaciones con España; el hecho de que Portugal pertenezca a la asociación, en circunstancias que su infraestructura económica presenta serias desventajas en relación a los otros seis países integrantes, y finalmente, la reactivación de la cooperación entre la EFTA y Yugoslavia, producto de una reciente reunión mixta.