Tres millones de españoles, afectados por el alcoholismo
Acaba de publicarse la memoria anual de la Jefatura Central de Tráfico, en la que se apunta la cifra de 5.000 muertos durante el año, 1976, en la avalancha de accidentes que se producen como consecuencia de unas carreteras en mal estado y toda una serie de fallos técnicos y físicos. El alcoholismo es uno de los factores a tener en cuenta si se quiere reducir esa alarmante cifra de accidentes. En España se calcula que unos 36.000 alcohólicos resultan heridos o muertos en accidentes de tráfico cada año.Pero hay mucho más. El alcoholismo, definido por la Organización Mundial de, la Salud como una enfermedad, pero considerado socialmente como un vicio, es responsable de una larga serie de trastornos de tipo físico, enfermedades digestivas, que van desde una insignificante gastritis hasta la mortal cirrosis hepática, y síquico. Según una de las ponencias presentadas en el Congreso Nacional de Alcohólicos Rehabilitados, celebrado en Elche el pasado mes de agosto, un 25 % de los pacientes que ingresan en instituciones para enfermos mentales sufren alguna forma de sicosis alcohólica. En el caso concreto del Preventorio Siquiátrico de Barcelona, el 40% de los ingresos se produ.cen por causas debidas al alcohol.
La existencia de síntomas de alcoholismo entre numerosos delincuentes habituales, su incidencia en la criminalidad, son sólo aspectos parciales de una enfermedad desconocida y posiblemente tergiversada. En un estudio realizado en California por Thasiro y Lipscombe se comprobó cómo la frecuencia de muertes violentas era de un 24% entre los alcohólicos, frente a un 9% entre la población en general
Las causas que conducen al individuo a caer en una dependencia hacia el alcohol absolutamente irreversible son sumamente complejas y, en cualquier caso, denotan un estado síquico de angustia, de inmadurez. No en vano, el índice de suicidios entre los alcohólicos es ochenta veces superior que entre las personas que no padecen esta enférmedad.
Enfermedad de pobres
Una incapacidad material de afrontar los problemas de la vida cotidiana, una sensación de fracaso como resultado de las presiones a que el individuo se ve sometido en esta. sociedad, son los puntos de partida, el terreno ideal para la aparición de la enfermedad del alcoholismo. Las clases trabajadoras son las verdaderas víctimas de esta plaga social, que en España afecta a tres millones de personas. Según investigaciones llevadas a cabo pormédicos y alcohólicos rehabilitados, y que se hicieron públicas en el pasado congreso de Elche, el índice mayor de alcohólicos se da precisamente entre las personas sometidas a un régimen excesivo de trabajo. Largas jornadas laborales en trabajos de gran dureza, caso de los obreros de la construcción, del sector metalúrgico, etcétera, son causa frecuente de alcoholismo. En el otro extremo de la escala social, los parados, los que se en cuentran con demasiadas horas libres y tienen dificultades económicas, son también los que con más frecuencia se inclinan hacia la bebida, esa barata droga legal y admitida socialmente.
Accidentes laborales
El trabajador inmigrado en las grandes concentraciones urbanas, particularmente indefenso ante las mil y una tensiones de la vida moderna, desarraigado y sin estímulos, acaba por caer con dramática frecuencia en trampa del alcohol. Según un estudio realizado en Zaragoza en los años setenta, cuando la ciudad contaba con más de medio millón de habitantes, se comprobó cómo las personas con una jornada laboral normal, alrededor de cuarenta horas semanales, consumían menores cantidades de alcohol que las que trabajaban por encima o por debajo de este límite de tiempo. En 1969, y según un estudio en profundidad sobre la plantilla de la empresa siderúrgica Ensídesa en Avilés, realizado por el doctor J. Estévez, se demostró que más de doscientos trabajadores presentaban síntomas claros de padecer alcoholismo crónico. Los índices de absentismo laboral eran, así mismo, más fuertes en,este sector de alcohólicos, produciéndose faltas posteriores a la fecha de cobro. Asimismo la accdentalidad laboral era muy superior entro los mismos.Uno de los caballos de batalla de organizaciones tales como Alcohólicos Anónimos o Alcohólicos Rehabilitados ha sido y es, luchar, contra la masiva publicidad de bebidas alcóhólicas a travésde todos los medios de comunicación de Masas, preferentemente la televisión. «Es necesario que esa publicidad se compense con campañas destinadas a informar a la poblacion sobre los aspectos terribles del alcoholismo», declararon los organizadores del Congreso Anual de Alcohólicos Rehabilitados celebrado en Elche. De hecho, la importancia de la producción vinícola española es una de las razones, caso que puede trasplantarse a Francia o Italia, de que la publicidad no sólo no se haya recortado sino incluso aumentado de un año para otro. De los 2.300 millones de pesetas que en 1970 invirtieron, las empresas de bebidas en la publicidad televisiva, se han visto aumentados hasta los 4.000 en los últimos años, en un proceso ascendente que preocupa cada vez más a los afectados por el problema alcohólico.
Independientemente de las medidas de todo tipo, que es preciso tomar para frenar la escalada del alcoholismo, una sociedad distinta, más justa donde exista una mayor igualdad de oportunidades, podría acabar con esta tendencia a olvidar los problemas, las amarguras, las incomprensiones, la presión social, que induce al individuo a ocultar su identidad tras el alcohol.
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