Huelga de maestros en Barcelona
Aproximadamente el 70% del profesorado de Barcelona se ha unido a la huelga como protesta Por el instrusismo de ciertos sectores de maestros y vecinos en la adjudicación de las nuevas plazas, realizadas recientemente por el Ministerio.Según el presidente de la Asociación Nacional del Profesorado Estatal de EGB, Gerardo Azañedo, a primeras horas de ayer eran 133 los colegios donde no se impartían clases.
Por su parte las centrales sindicales consideran que hay que denunciar en primer lugar «a los verdaderos responsables de la actual situación, en la que gran número de niños se encuentran sin escuela o mal escolarizados, mientras que miles de maestros se encuentran sin trabajo».
«Considerarnos, siguen diciendo las centrales sindicales, que la huelga convocada sólo por trescientos de los ochocientos asistentes iniciales en la asamblea del sábado 8, celebrada en el local de la antigua CNS, y en la que representantes del antiguo SEM (Servicio Español del Magisterio) venidos especialmente de Madrid para calentar los ánimos de los maestros estatales y enfrentarlos con el movimiento popular, es antidemocrático y corporativista, y por lo tanto no corresponde al espíritu del movimiento de enseñantes, padres y vecinos, pues intenta resucitar antiguas estructuras verticalistas.»
«En consecuencia, concluyen, las centrales sindicales hacemos un llamamiento a los maestros para que no apoyen la convocatoria de huelga y a los padres para que lleven a sus hijos a la escuela hoy.»
Los hechos concretos que han motivado la reacción de los profesores estatales se iniciaron días antes del comienzo del curso, cuando los maestros barceloneses hacían reuniones del claustro para programar la actividad del curso.
En varios centros barceloneses, más concretamente en las escuelas Soller, Pegaso, Ferrer y Guardia y Patronato Ribas, los docentes se encontraron con que determinadas asociaciones de vecinos intentaron imponerse a los profesores que habían sido destinados a los centros en virtud de concursos de traslado, para que abandonasen sus plazas y las dejasen en manos de «maestros» elegidos por los vecinos.
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