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Al Rayo le bastó un gran primer tiempo

El Rayo Vallecano consiguió por fin una desahogada victoria a costa de un desdibujado Sevilla en el que se notaron con excesiva evidencia las ausencias de Gallego, en la defensa, y Scotta en el ataque. Los vallecanos vencieron merecidamente en un gran primer tiempo y vivieron de las rentas durante el segundo.Tras el primer cuarto de hora nadie podía pensar que el Rayo iba a resolver con tanta facilidad un encuentro que en principio no era nada sencillo. En estos primeros minutos el Sevilla exhibió una mayor hechura de equipo y una mejor colocación sobre el terreno de juego. Sánchez Barrios primero y Biri-Biri después, desaprovecharon sendas oportunidades clarísimas de gol que de haber subido al marcador habrían dado la vuelta total al partido. Fueron minutos de equilibrio y de respeto mutuo en los que Sánchez Barrios supo inquietar en la delantera y la defensa sevillista no evidenció los errores que minutos más tarde iban a facilitar la labor goleadora de Vallecas. Incluso el portero sevillista, Paco, que tampoco fue ajeno a esta facilidad goleadora de los locales, hizo en estos primero los minutos un par de buenas paradas, que de haber seguido en esa tónica habrían im pedido que subieran al marcador cuando menos, los goles primero y tercero.

El Rayo supo tomar ritmo tras comprobar que los marcajes del centro del campo se resolvían a favor, de Landá-buru, Rial y sobre todo, Fermín, que una vez más supo ordenar el centro y enviar balones a los, extremos, en los que Alvarito quebró repetidamente a su marcador.

Los tres primeros goles rayistas, conseguidos en cinco minutos fueron un auténtico mazazo para las aspiraciones sevillistas. Si antes se habían señalado fallos en la defensa, timidez en el centro del campo y excesiva indolencia por parte de los delanteros puntas andaluces, tras los goles, el Rayo se envalentonó y el Sevilla desapareció casi por completo del campo. Sólo Rubio hizo recordar de vez en cuando que el Rayo jugaba contra un equipo.

Desde ese momento y hasta el final de la primera parte le, salió bien a los de Vallecas. Landáburu terminó de afianzar a su favor la pugna personal con Blanco, Rial borró a Jaén y Fermín repartió juego a placer. En la delantera, casi todo salía bien. Salazar, debutante en el equipo inicial, se mostró tan encogido. como en otras ocasiones aunque le faltó rapidez, González vio córno sus regates en corto le salían bien y Alvarito, aunque no tan acertado como en anteriores ocasiones, supo abrir brechas facilitado, eso sí, por la rigidez de su marcador, Juanito.

En la zaga vallecana Tanco no tuvo ningún problema para sujetar a Biri-Biri, y Nieto, que comenzó con problemas para sujetar a Sánchez Barrios impuso al fin su serenidad.

Tras el descanso salió Pulido en la zaga sevillista para imponer un cierto orden, y poco después Araquistain reemplazó al hundido Sánchez Barrios. Esto, y el evidente descanso que se tomó el Rayo hi cieron que el Sevilla reapareciera de nuevo, aunque tímidamente y sin fe. Se conflaba tan poco en una reacción sevillista que Héctor Núñez prefirió dar descanso a dos hombres claves como son Fermín y Rial.

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