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Schlesinger traza un panorama sombrío de la situación mundial

El ministro de Energía de Estados Unidos, Schlesinger, que teóricamente ha venido a la República Federal de Alemania a establecer contactos en materia de energía térmica ha trazado un panorama sombrío. El mundo se encuentra en puertas de una grave catástrofe, como no ha conocido desde los años treinta. Como entonces, una grave situación económica podría desembocar en un conflicto como el que se produjo entonces. Los negros augurios del ministro han encontrado su marco adecuado en el congreso de economía que celebra la democracia cristiana en Francfort.

Schlesinger ve todo el mundo «sometido a una provocación» que irá en aumento. Esta provocación tiene como origen los países ricos en materias primas de aplicación energética. A pesar de la catástrofe que se avecina según el colaborador del presidente Carter, debe «conservarse intacta la imagen de los empresarios occidentales» y esperar a que una vez solucionados los problemas de aprovisionamiento energético, pueda hacerse serenámente una crítica del sistema.El ministro Schlesinger parece no haber logrado una reducción de las tensiones entre el Gobierno alemán y el presidente norteamericano, como consecuencia de la pugna que mantienen los dos países por conquistar los mercados abiertos a la venta de tecnología nuclear. Por su parte, socialliberales. Por su parte, socialdemócratas y liberales alemanes sufren, en estos momentos, una grave tensión interna de efecto más inmediato que la apocaliptica que anticipa Schlesinger a consecuencia, igualmente, de las diferentes posturas ante la generalizáción de la energía atómical como potencial y como negocio. Quizá por esta razón, el enviado de Carter ha preferido dedicar más tiempo a la oposición democristiana, que no admite dudas sobre la generalización de los efectivos nucleares en Alemania.

Entre las opiniones manifestadas en el Congreso enérgético democristiano se incluyen algunas de Strauss de sorprendente alcance. El líder ultraconservador de BavIera hadicho por ejemplo que la energía y la economía de mercado es decir capitalista son realidades inseparables de la Constitución, de la democracia parlamentaria y del Estado de derecho. Strauss, tras defender a la patronal, atacó duramente al canciller Schmidt y a los sindicatos, cuyas demandas de congestión empresarial son según él, "pretextos con perspectivas revolucionarias" y "elementos de una actitud de incitación popular". Lo que para Schlesinger es "provocación mundial" para Strauss es "provocación sindical".

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