La CEE negocia con treinta países las importaciones textiles
A partir del lunes 10 de octubre la Comisión de las Comunidades Europeas iniciará un verdadero marathon de negociaciones con unos treinta países exportadores de productos textiles al Mercado Común.
Argumentando problemas socio-económicos, pérdida de puestos de trabajo y competencia feroz, sobre todo en materia de precios, los nueve intentarán convencer a los principales países exportadores de textil hacia la CEE -incluido España-, que hay que ir hacia una disciplina de «autolimitación» de ventas, para evitar mayores males que podrían traducirse por medidas netamente proteccionistas.Después de una recepción con champán, en el castillo bruselense de Sante Anne, la comisión iniciará negociaciones con cada uno de los Estados afectados. El martes 11 de octubre tocará el turno a Hong-Kong, cuyas exportaciones textiles hacia la CEE suponen el 32% de importaciones textiles del Mercado Común originarias de países en vías de desarrollo. Seguirán, el mismo día, India y Brasil. No hay todavía fechas decididas para la negociación con España.
Las negociaciones se inscriben en el contexto del acuerdo «Multifibrass», logrado entre los principales países productores de textil en el marco del GATT (Acuerdo General sobre Tarifas y Comercio).
Frenar, ante todo, la penetración de productos textiles (confección en particular) originaria de los países del sureste asiático (Hong-Kong, Corea del Sur, Thailandia, Singapur, Indonesia, Malasia) es el primer objetivo de los comunitarios, sin olvidar, naturalmente, los demás países exportadores de textil a la CEE, como India, Pakistán, Brasil, España, Túnez, Marruecos, Argelia, Grecia, Turquía y los países del Este. La estrategia negociadora de la CEE se basa en tres puntos:
1. Limitaciones selectivas de importación con acuerdos globales a negociar con los países suministradores.
2. Ofrecer una posibilidad de crecimiento anual del 6% de importaciones, variable en función de productos o de la situación en el mercado de cada país.
3. Compromiso, por parte de la CEE, de evitar medidas unilaterales de proteccionismo.
Las razones de los nueve para frenar la entrada de textiles se centran en el cierre de fábricas, una pérdida de empleo que, entre 1964 y 1976, se cifra en porcentajes que oscilan entre el 14% en Irlanda, al 52% en Holanda, y el hecho de que las fábricas trabajan al 70%, en el mejor de los casos, de sus capacidades de producción.
«Los franceses y los alemanes quieren hacer el Concorde y los ordenadores electrónicos sin dejar de fabricar camisetas», comentaba un experto español en materia textil.
La frase encierra una gran verdad. Después de haber impulsado la industrialización del Tercer Mundo, con unidades de producción textil, los países industrializados dicen ahora a los países en vías de desarrollo que no hay mercado para sus superávit de producción.
Europa debe orientarse hacia producciones textiles selectivas y especializadas, si quiere salvar su industria. Una reunión entre expertos comunitarios y las principales sociedades europeas que con trolan la producción de fibras síntéticas -cuyo sector también está en crisis- se orienta en tal sentido. Habrá que eliminar unidades de producción anticuadas y realizar un esfuerzo tecnológico más sofisticado.
En relación con España no existe, al parecer, una posición oficial para negociar con la CEE. En 1976 España exportó por valor de 14.000 millones de pesetas de textiles a los nueve, e importó por 18.000 millones. La balanza es favorable a los nueve. Por otra parte, la CEE en sus negociaciones con Madrid, deberá tener en cuenta los propios problemas del sector textil español.
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