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Debate político sobre el presupuesto de Alemania Federal

Con la presentación de los presupuestos generales de la República Federal de Alemania para 1978 ha comenzado una etapa fundamental en la vida de este país. En ella se incluirá una decisión definitiva sobre la cogestión empresarial y la reforma de la ley impositiva.

Desde diversas perspectivas, el núcleo de este conjunto de reformas apunta hacia un complejo de problemas: el endeudamiento progresivo del Estado al verse obligada la Administración a cubrir el vacío de unas inversiones privadas que no se producen; el deterioro del índice del producto social bruto; el permanente problema de empleo y la resistencia de los patronos a ceder en la participación de los obreros en el control de los centros de producción.En el presupuesto destaca particularmente el impulso que se da a los capítulos de defensa y orden público.

El primero experimenta un aumento del 4,3%, hasta 54.000 millones, de marcos, y el segundo se beneficiará de una dotación casi mil millones de marcos, para potenciar los resortes de la seguridad interior hasta 1981.

Casi las tres cuartas partes de los fondos de inversión del Estado van a parar a los empresarios, remisos a la hora de planificar el destino de sus capitales. Según el ministro de Finanzas, «no queda más remedio que pagar un precio por los impulsos que se presten a quienes tienen en su mano la solución del problema del paro». Aparte estos impulsos, que aún no han cosechado frutos visibles, hay organismos que denuncian una verdadera malversación de estos fondos públicos al servicio de los, patronos. El Instituto Renano-Westfaliano de investigaciones económicas (RWI) constata en un reciente informe que la República Federal de Alemania ha vuelto a convertirse en país de exportación de capitales tras varios años en los que el fenómeno era contrario.

La evasión de capitales, derivada sobre todo del temor de los empresarios a la cogestión empresarial, apenas se compensa con las inversignes del exterior. En la relación de trece países en los que el capital alemán tiene sus preferencias (en cuarto lugar España, con 3.625 millones de marcos) únicamente Estados Unidos invierte más en la RFA que los alemanes en Estados Unidos. El informe habla de algo que podría considerarse evasión de capitales hacia países en los que la estabilidad política o su situación particular garantizan elevados beneficios a corto plazo.

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