Comenzó ayer en el Vaticano el V Sínodo de los Obispos

Con la solemne concelebración litúrgica presidida por Pablo VI, y en la que participaron el total de los 202 padres sinodales, comenzó ayer el V Sínodo de los Obispos, representación de toda la Iglesia Católica en el Vaticano. El sínodo, convocado por quinta vez desde el Concilio Vaticano II, en el que fue rescatada esta institución de la tradición eclesial, tratará el tema de La catequesis en nuestro tiempo, entendida la catequesis como la labor de transmisión de la fe y con particular atención a los adolescentes y a los jóvenes.

De la Iglesia española participan en el sínodo, además del cardenal Tarancón, el obispo de Zaragoza, monseñor Yanes, y el de Segovia, mónseñor Palenzuela, como representación de la Conferencia Episcopal Española; los superiores generales de la Compañía de Jesús y de los Hermanos de las Escuelas Cristianas (Lasalle) y cuatro teólogos que actuarán como asesores. Además, el obispo auxiliar de Madrid, monseñor Estepa, actúa como secretario técnico del sínodo y entre los de designación papal está el español Maximino Romero de Lema secretario de la Congregación del Clero.Los acuerdos del sínodo de los obispos tienen carácter deliberante, aunque se consideran de vital importancia en el entendimiento actual de la labor pastoral y ecuménica de la Iglesia Católica. En este V Sínodo, y según declaraciones del secretario técnico del mismo, monseñor Estepa, se tratará de dar respuestas a las cuestiones planteadas por las culturas plurales en que se desarrolla el magisterio eclesial, destacando entre los principales problemas el del mismo concepto de catequesis, como extensión de la fe, desprovisto de cierto sentido peyorativo arrastrado por la práctica histórica y por su referencia exclusiva al adoctrinamiento de sectores de la infancia. Recordó el obispo auxiliar de Madrid que la necesidad de la exigencia de una plenitud de la transmisión de la fe, y de la fidelidad a la naturaleza de la verdad cristiana, especialmente en las situaciones que conciernen a las nuevas generaciones. Entre los problemas concretos que tocará el sínodo están, según el citado obispo, la catequesis en los países del Este, y la llamada catequesis de la liberación, que pone su acento en los contenidos sociales progresivos de la doctrina.

En la Capilla Sixtina, y en el acto sin precedentes de una concelebración de los 202 padres sinodales, el Papa se dirigió a los obispos, exhortándolos a la reflexión previa a las sesiones de trabajo, que comenzaron en la tarde de ayer. Pablo VI les recordó «la responsabilidad del oficio grande, peligroso e incómodo que se nos ha confiado», y les invitó a «robustecer nuestra confianza en la asistencia de Cristo, en medio de nuestras fatigas, nuestros sufrimientos, nuestras esperanzas». Se refirió después al ámbito en que se desenvuelve la pastoral de la Iglesia, como un medio a veces hostil, demasiado confiado en el progreso científico y la civilizacion racional, como anuladores de la necesidad de la religión, pero, dijo «el hombre, necesitado de conocer el misterio, más aún, los misterios del cosmos, del pensamiento, de la vida, experimenta fatalmente la necesidad de la palabra de arriba ».