El presidente de la CEOE reclama una política económica eficaz
Carlos Ferrer, fue elegido presidente de Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) con el 80 % de los sufragios en la asamblea constituyente de esta organización, celebrada el miércoles en Madrid. Era el único candidato al cargo. Tiene 46 años, es presidente de un grupo de empresas farmacéuticas -Ferrer Internacional- y del Banco de Europa.
Con el presidente se eligió también la junta directiva de la CEOE, para la que se presentó una candidatura unitaria preparada por un comité representativo de diversos sectores incorporados a la Confederación y otras tres candidaturas individuales. Resultó elegida por aplastante mayoría la candidatura unitaria, pese a la protesta de las organizaciones patronales valencianas integradas en la CEOE, que se sienten poco representadas en la junta directiva electa.Tanto el presidente como la junta directiva -42 personas- ocuparán los cargos durante un año. La junta eligió más tarde a los seis vicepresidentes de la Confederación: Ignacio Briones, Max Mazin, Luis Olarra, Agustín Rodríguez Sahagún, Eduardo de Rojas y Miguel Salís. Los estatutos de la CEOE permiten que la junta directiva se amplíe a, cincuenta miembros a medida que se incorporen nuevas organizaciones patronales y que se nombre por la junta un séptimo vicepresidente.
En medios de la propia CEOE se interpretó la candidatura única de Carlos Ferrer como una solución de compromiso a la que se llegó entre los promotores y los intereses más importantes de la patronal. Ferrer representa una opción liberal, de un hombre que no estuvo vinculado abiertamente al viejo sindicalismo oficial y que ha mantenido posiciones europeístas y abiertas en el Círculo. de Economía de Barcelona y en el Centro Catalán. Esta alternativa ha provocado malestar entre las personas del antiguo aparato sindical incorporadas ahora a la CEOE.
Urgencia de una política económica
El presidente de la CEOE se dirigió a la asamblea de los 342 representantes de las organizaciones miembros con un breve discurso. Señaló que «después de una evolución pacífica hacia un nuevo sistema democrático, España empieza a enfrentarse con sus problemas fundamentales, entre los que destaca, en primer lugar, la estabilidad política. Después de unos principios esperanzadores vemos como las fuerzas políticas en vez de afrontar con urgencia y ánimo constructivo la solución de las graves cuestiones económicas y sociales que nos aquejan, se entretienen en temas secundarios y luchas internas y partidistas, mientras el país se degrada material y sicológicamente».Con respecto a la situación económica, señaló que se está siguiendo una pésima política para frenar la inflación, fomentar la inversión y crear nuevos puestos de trabajo. «Lamentablemente -dijo- no se asumen las responsabilidades ni se toman las decisiones que exige la gravísima situación en que nos hallamos y que, de prolongarse, puede llevarnos a posiciones sociales y políticas dramáticas.»
Finalmente destacó la «labor de reconstrucción realizada por el empresariado, que ha sido factor decisivo para sacar a España del subdesarrollo».
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