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Sevilla: movilización popular a favor de escuelas suficientes

Los gritos de «delincuencia no, escuelas si» y «alcalde, dimite, el pueblo no te admite» con que casi 2.000 vecinos de los barrios sevillanos de La Oliva, Las Letanías, Santa Genoveva y Polígono Sur jaleaban sus reivindicaciones ante el Ayuntamiento, resumen la grave situación escolar de la provincia cuando acaba de empezar el curso.El déficit de esta zona de la ciudad puede estimarse en cinco o 6.000 puestos escolares, ya que a la tradicional carencia de plazas ha venido a sumarse este año el problema creado por la reciente entrega de nuevas viviendas a 3.000 familias, que han engrosado considerablemente la población infantil.

Manifestaciones semejantes han tenido lugar en otras barriadas. Los habitantes del polígono de San Pablo -650 plazas para 2.500 niños- decidieron no enviar sus hijos a las escuelas hasta que no se habilitasen aulas para todos. En Parque Alcosa miles de vecinos se manifiestan porque se quiere meter en dieciséis aulas a un número de niños que necesitarían treinta para poder desenvolverse correctamente. Son botones de muestra de una realidad difícil de cuantificar en toda su extensión.Lo cierto es que, como tantas ciudades españolas, Sevilla ha sufrido las consecuencias de la falta de planificación racional de las necesidades educativas de un población en crecimiento constante. Barriadas enteras se han construido sin contar con los mínimos equipamientos de escuelas, ambulatorios, centros culturales, mercados o zonas verdes. También es verdad que los problemas se arrastran desde hace muchos años y que es ahora cuando estallan, porque el cambio de condiciones políticas y sociales del país ha generado una mayor sensibilización y un más elevado nivel reivindicativo entre los ciudadanos.

Un barrio excepcional

Efectivamente, ahora es difícil que los padres de familia acepten como lógico lo que ha venido siendo el remedio aplicado al déficit de plazas escolares: el desdoblamiento, con la consiguiente merma en la calidad de la enseñanza. También el transporte de niños de unos barrios a otros mejor equipados es práctica habitual en nuestra ciudad, consecuencia, igualmente, de la deficiente o nula planificación. El caso más espectacular, en este sentido, es el de Pino Montano, que acogía hasta 1.800 niños de otras barriadas por contar con tres centros escolares para una escasísima población infantil.Pero el exceso de disponibilidad educativa de Pino Montano no acaba en la EGB. Un funcionario de la Delegación de Educación y Ciencia revela a EL PAIS que también se ha construido allí un instituto de bachillerato, cuando, con un poco de suerte, podrá haber en el barrio cuarenta estudiantes de esta etapa. La misma fuente se pregunta porqué el Ayuntamiento cede solares en Pino Montano y por qué el Ministerio acepta construir en ellos.

Pero es la excepción. Hay unos veinte proyectos y anteproyectos aprobados, que no se empiezan a construir, mientras puede calcularse en mil el número de maestros en paro. Ahora se han encargado aulas prefabricadas (concretamente, dieciocho módulos de ocho aulas cada uno), pero la fecha de entrega es hasta el 31 de diciembre, lo que quiere decir que muchos niños perderán irremediablemente el primer trimestre del curso, No solamente no se construyen nuevos centros, sino que los existentes se encuentran, en muchos casos en mal estado de conservación, a lo que ha contribuido algún que otro acto de vandalismo juvenil.

Ayuntamiento y Delegación del Ministerio de Educación están siendo los blancos de la protesta popular por el problema de las escuelas. El Ayuntamiento hace responsable al Ministerio, con razón. Pero en Sevilla se comenta que el Ministerio no puede construir escuelas si el Ayuntamiento no cede solares adecuados o los entrega mal y tarde. Además, el acondicionamiento de los colegios es deber municipal. Dicen que no hay dinero, pero para la feria sí que tienen.

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