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El pueblo de Navaluenga (Avila), tomado por la tuerza pública

Siete personas -no se ha facilitado información en los medios oficiales- fueron detenidas en la mañana de ayer en el municipio abulense de Navaluenga, después de que fuertes contingentes de fuerzas de orden público, entre las que se encontraban brigadas antidisturbios desplazadas desde Avila y Toledo, efectuasen una redada entre vecinos del pueblo, que exigían la puesta en libertad de dos detenidos por la Guardia Civil a consecuencia de los incidentes ocurridos durante los días pasados en la citada localidad tras una corrida de toros. A última hora de la noche de ayer se recogían firmas, con las que el pueblo se responsabiliza ante el gobernador civil de los incidentes.

Los sucesos, que han desencadenado una situación sin precedentes en esta provincia, con un pueblo materialmente tomado por las fuerzas del orden, tienen su origen en las dos detenciones que la Guardia Civil efectuó el pasado lunes en relación con los incidentes que se habían producido el domingo pasado, último día de las fiestas patronales. El alcalde del municipio, que presidía un festejo taurino, se negó a acceder a la petición del público que solicitaba el cambio de un toro manso por el sobrero.Ante tal negativa comenzaron a proferirse gritos alusivos a la dimisión del alcalde, al tiempo que algunos mozos bajados hasta el ruedo redujeron al animal. Inmediatamente después sacaron al toro de la plaza conduciéndolo, en una auténtica manifestación de gritos y reivindicaciones, hasta el Ayuntamiento, en cuyo balcón colgaron la res y colocaron diversas pancartas con textos como: Alcalde, berebere, el pueblo no te quiere; Alcalde, dimite, el pueblo no te admite; Alcalde, atiende, la dehesa no se vende; Así tenías que estar tú.

Más tarde los vecinos arrastraron al animal hasta la ribera del río, donde fue asado en una gran hoguera. El festejo concluyó a las siete de la madrugada. La Guardia Civil permaneció al margen de los incidentes hasta el día siguiente en que procedió a la realización de las citadas detenciones para tratar de esclarecer los hechos. Cuando la noticia de estas detenciones se difundió por el pueblo, los habitantes de Navaluenga se fueron concentrando con la intención de solicitar la puesta en libertad de los detenidos y pedir que la responsabilidad de los hechos recayera sobre todo el pueblo, ya que todos fueron protagonistas de lo ocurrido.

Cuando los reunidos se dirigieron para exponer sus pretensiones al cuartel de la Guardia Civil, en el que en ningún momento llegaron a penetrar, la Benemérita efectuó disparos al aire con el fin de intimidar a los concentrados, los cuales persistieron en su actitud de exigir la libertad de los detenidos y la responsabilización solidaria de lo sucedido. Tras diversas consultas, los detenidos fueron puestos en libertad. Los vecinos se dirigieron entonces al Ayuntamiento y ante la casa del alcalde profirieron nuevamente gritos en solicitud de su dimisión. En esas circunstancias, miembros de la Guardia Civil que pasaban por el lugar fueron aplaudidos por los manifestantes, que se disolvieron a continuación sin mayores incidentes.

Sin embargo, a primeras horas de la mañana de ayer el conflicto volvió a recrudecerse con motivo de las detenciones que la Guardia Civil volvió a efectuar para aclarar los sucesos de la noche anterior. El pueblo volvió a reunirse e insistió en su petición de dimisión del alcalde y responsabilidad para todos tanto de lo ocurrido el domingo como el lunes. En previsión de posibles incidentes, a primeras horas de la mañana de ayer se encontraba en la localidad un numeroso contingente de fuerzas de orden público y brigadas antidisturbios, que practicaron una redada en la que siete personas fueron detenidas.

Después de entrevistarse sin resultado positivo con el teniente coronel de la Guardia Civil que se había hecho cargo del puesto, y al que expusieron sus deseos, una comisión de vecinos se trasladó hasta la capital de la provincia para entrevistarse con el gobernador civil, quien también se declaró sin facultades para liberar a los detenidos, por haber sido puestos ya a disposición de la autoridad judicial. A la hora de redactar esta información permanecía en Navaluenga un considerable número de miembros de las fuerzas del orden.

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