_
_
_
_

La República Federal de Alemania retrasa medidas reactivadoras

La cadena de devaluaciones en los países nórdicos ha coincidido con una tendencia depresiva en los comienzos del nuevo año político en la República Federal de Alemania. Tras una primera reunión de liberales y socialdemócratas sobre el tema «revitalización de la coyuntura», la adopción de medidas ha quedado pospuesta a los consejos ministeriales próximos. Al final de la sesión de ayer quedó como constancia de la gravedad de la situación el semblante poco animoso del canciller y un breve comentario del propio Schmidt: «La crisis mundial dura más de lo esperado».

La facilidad con que los políticos alemanes desmarcan balones al hablar de la crisis económica mundial, contrasta con la reacción ante el nuevo comportamiento de las monedas nórdicas.

Ante la devaluación de estas divisas, cuyo principal objetivo es el de frenar el expansionismo comercial de la RFA, Bonn ha reaccionado en dos sentidos. Por un lado ha tratado de apaciguar a los inquietos en el propio país, asegurando que «al fin Suecia prefiere la austeridad» y que «gracias a la cadena de devaluaciones se conseguirá un rápido ajuste entre las divisas nórdicas y las de la serpiente monetaria europea». Sin embargo, esto no es suficiente, porque luego se han cargado las tintas en el verdadero problema: la medida de los nórdicos significa una revalorización del marco alemán, lo que equivale a decir encarecimiento de los productos alemanes en Escandinavia y Jutlandia. La RFA ha exportado a Escandinavia durante el primer semestre de este año por valor de 10.000 millones de marcos (360.000 millones de pesetas), cifra que será muy inferior, inevitablemente, durante lo que resta de 1977. El gran imperio comercial alemán -su expansionismo- se encuentra en un callejón de difícil salida. A pesar de la insistencia con que el cinturón de países que rodean a la RFA ha pedido durante -meses que Bonn revaluará el marco, para agilizar así, solidariamente, la economía de los países europeos menores y medianos, la RFA se ha resistido hasta ahora a dar esta prueba coyuntural de debilidad, que, en realidad, lo sería de fortaleza. Las devaluaciones individualizadas empiezan ya a convertirse en sistema y están colocando, de hecho, al marco en una moneda fuera de juego de puro fuerte, pero la economía alemana no dejará de resentirse.

Por otra parte, la amputación de Suecia de la alianza monetaria europea, que puede agudizar aún más el individualismo de los nórdicos, ha producido igualmente reacciones encontradas en los medios económicos alemanes. De «adaptación necesaria» a «lamentable», estos círculos no dan con el término que defina claramente su actitud. Los grandes bancos alemanes se inclinan por el segundo adjetivo. Con todo, piensan que ahora será posible adoptar soluciones radicales para sanear las monedas sin una carga como la que representaba la corona sueca, otro símbolo de milagro económico como el marco. Pero al tiempo, los bancos y las grandes compañías advierten del peligro de caer en un proteccionismo nacionalista, esta vez a cargo de los nórdicos.

Aquí radica quizá la esperanza que parece animar a los alemanes: ¿Hasta qué punto la devaluación generalizada en Escandinavia va a frenar la expansión comercial alemana en base a acuerdos no conocidos?. Los conservadores de Estocolmo han hecho la devaluación: ahora puede que hasta decidan consolidar los resultados con algo más que la congelación de precios y salarios.

Islandia devalúa su corona

Islandia ha devaluado su corona en un 2,5 % en relación al dólar norteamericano y a la libra inglesa, tras producirse los reajustes de las restantes monedas escandinavas.La devaluación del signo monetario islandés es producto de los intensos intercambios comerciales que mantiene con el resto de los países nórdicos, lo que obliga a mantener su competitividad en relación con el resto de las coronas.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_