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Legalizado el partido Unión de Centro Democrático

Unión de Centro Democrático (UCD), coalición electoral triunfadora en las elecciones generales celebradas el pasado 15 de junio, quedó inscrita ayer por la mañana como partido político en el Registro de Asociaciones Políticas del Ministerio del Interior. Con ello, el partido que encabeza el presidente del Gobierno, y sobre el que se apoya de forma exclusiva el Gabinete, es legal a todos los efectos desde ayer.

La UCD ha sido inscrita en el Registro con el número 185. La comunicación oficial del Ministerio del Interior llegó a primera hora de la tarde de ayer a la sede del partido, situada en la calle Cedaceros, de Madrid.

El partido del Gobierno

La idea de una gran alianza electoral de la derecha moderada comenzó a ser comentada en noviembre del año pasado, entonces con el nombre de Bloque Democrático, y bajo la inspiración de José Maria de Areilza. Poco después nacía el Partido Popular, encabezado por el señor Areilza y Pío Cabanillas, y que actuaría como motor para la formación del Centro.

En enero de este año nace el embrión de la alianza, con el pacto electoral suscrito, el 16 de enero de 1977, entre el Partido Popular, la Federación de Partidos Demócratas y Liberales y el Partido Demócrata Popular, «para facilitar la creación de una clara alternativa de centro democrático». Poco después se unen al pacto la Unión Democrática Española, el Partido Popular Demócrata Cristiano -—que formaría el Partido Demócrata Cristiano al absorber después a la UDE— y el Partido Liberal. Más tarde se incorporarían a la alianza la socialdemocracia que encabeza Francisco Fernández Ordóñez.

Desde este momento, el Centro emprende una larga serie de negociaciones con la Democracia Cristiana integrada en el Equipo, que encabezan Joaquín Ruiz Giménez y José María Gil Robles. Aunque Izquierda Democrática (Ruiz-Giménez) es mayoritariamente partidaria de la integración, finalmente se impone la actitud contraria de la Federación Popular Democrática (Gil-Robles), y los democristianos homologados en Europa quedan fuera de la coalición.

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A partir de aquí, mientras se acercan las elecciones de junio, el Centro Democrático empieza a ser acusado de debilidad frente a su enemigo por la derecha, Alianza Popular, y se prepara el aterrizaje del presidente Suárez en la coalición. Las posturas dentro de ésta se dividen, pero Adolfo Suárez logra vencer finalmente las resistencias.

Tras la dimisión de José María de Areilza y su apartamiento total del Centro, después de una reunión que junto a Pío Cabanillas mantuvo con el señor Suárez en La Moncloa, comienza una fase de profunda remodelación de la alianza, cuyo primer hito es la dimisión de Leopoldo Calvo Sotelo como ministro de Obras Públicas, el cual se dedica a preparar el centro suarista.

A primeros de mayo pasado, el señor Suárez anuncia por RTVE su intención de presentarse a las elecciones encabezando la coalición centrista. En la fase de preparación de las listas electorales surgen fuertes tensiones, y entre ellas acusaciones de varios sectores de que se está constituyendo el eurofranquismo, basadas en la gran cantidad de candidatos progubernamentales que finalmente se instalan en posiciones ventajosas en las listas. A causa de ellos se producen algunas escisiones, particularmente la del Partido Liberal de Enrique Larroque.

La coalición pasa a llamarse Unión de Centro Democrático y tras alcanzar la mayoría relativa en las elecciones decide transformarse en un partido unificado. A pesar de las reticencias —especialmente del ala socialdemócrata— el 28 de junio se firma una declaración de intenciones de constituir el partido, que salva la situación. Más de un mes después, el pasado día 3, se celebra en Madrid una reunión de los dirigentes de UCD, presidida por Suárez, en la que quedaron perfilados los estatutos del partido, que fueron presentados en el Ministerio del Interior al día siguiente.

Con la legalización como partido de la UCD culmina una operación absolutamente insólita en los anales de la historia política: la formación de un partido que —en contra de todo uso político-acoge a un líder que no fue el suyo en principio, gana las elecciones y, sólo al final, se constituye como tal.

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