Tarradellas y los parlamentarios catalanes se disputan el protagonismo para negociar la autonomía
La comisión permanente de la Asamblea de Parlamentarios de Cataluña y el presidente de la Generalitat de Cataluña, Josep Tarradellas, quien estaba acompañado por su delegado para el interior, Frederic Rahola. La reunión se celebraba a puerta cerrada y había excusado su asistencia, únicamente, el diputado democratacristiano Antón Cañellas, en base a un compromiso particular.
Los temas de discusión entre Tarradellas y la mayoría de los parlamentarios son diversos y de gran alcance. En el terreno formal, parte de una interpretación diferente del comunicado emitido el pasado día 7 de julio, tras la primera reunión conjunta, celebrada en el hotel Sheraton de París.En aquellos acuerdos se determinaba que Tarradellas debía regresar «como presidente de la Generalitat» y que las negociaciones con el Gobierno de Madrid debían de ser obra de una «acción negociadora común». No obstante, hechos posteriores demuestran que ambas partes aspiran a la propia preeminencia en las negociaciones con el Gobierno.Después dé los acuerdos del hotel Sheraton se produjeron incidentes de importancia. Por un lado, la comisión permanente de la Asamblea de Parlamentarios designó una comisión de seis parlamentarios (Sentís, Reventós, Benet, Triginer, Pujol y Gutiérrez Díaz), y al mismo tiempo no desarrolló el punto cinco de aquellos acuerdos parisienses en los que se convenía la necesidad de articular unas relaciones entre Tarradellas y los parlamentarios de una manera formal.Tarradellas consideró ambos hechos como un intento de marginación de su persona, mientras creía que el marco de la negociación con el Gobierno de Adolfo Suárez ya estaba establecido con sus contactos directos con el Rey y Suárez y que, asimismo, en base al artículo 14 del Estatuto de Autonomía de Cataluña de 1932, era de su competencia la representación de Cataluña. Una competencia que estaba dispuesto a compartir con los diputados y senadores, pero no a ceder. Tarradellas deseaba., en efecto, nombrar a cuatro personas de su confianza para que se integraran directamente en la comisión negociadora formada por los seis parlamentarios ya mencionados.
. Las diferencias de enfoque se agudizaron en problemas de orden algo menor. Así, Tarradellas se molestó por el retraso de Reventós, en entregar a Martín Villa el dictamen jurídico elaborado por José Luis Sureda y en el que coincidían los parlamentarios y Tarradellas. Idéntico retraso afectó a la entrega de una carta de Tarradellas a Martín Villa, también en poder de Reventós.
El bombazo de la filtración
Pero la «bomba» fue la filtración a una agencia informativa del «proyecto del real decreto-ley sobre el restablecimiento de la Generalitat», que había sido «asumido» por los parlamentarios y que era absolutamente desconocido por Tarradellas. Su contenido es sin duda inaceptable para Tarradellas, ya que le relega a unas funciones incomparablemente inferiores a las que le daba el Estatuto de 1932, concentrando el poder en manos de los parlamentarios.Tanto Tarradellas como los parlamentarios están absolutamente de acuerdo que Tarradellas debe dimitir ante el futuro Parlamento catalán. Le obliga a ello no solamente el espíritu y la letra del Estatuto de 1932, sino también los años transcurridos en posesión del cargo. El tema, pues, se centra en el ejercicio del poder durante el período en que la Generalitat de Catalunya deberá funcionar provisionalmente, igual que sucedió entre el 14 de abril de 1931 y el 9 de septiembre de 1932.
La grave circunstancia diferenciadora entre el pasado y ahora es que en aquella ocasión el presidente, Francesc Masiá, era el principal líder de las fuerzas ganadoras de las elecciones del 12 de- abril. Ahora, en cambio, Tarradellas no cuenta con ningún partido propio, ya que dimitió de su cargo de secretario general de Esquerra Republicana de Cataluña el mismo día en que fue elegido presidente de la Generalitat. Por otro lado, Esquerra Republicana de Cataluña cuenta únicamente con un diputado y, además, en los últimos años, las posiciones de este partido no siempre han coincidido con las de Tarradellas.
Condenados a entenderse
A pesar de todos los graves obstáculos -y utilizando una frase hecha-, Tarradellas y los parla mentarios están condenados a entenderse. El uno no puede hacer na da sin el otroY, quizá más exacta mente, cada una de las partes posee suficiente fuerza para, por lo me nos, poner continuas zancadillas a la otra. Y ello ante la mirada -mi tad interesada, mitad inquieta del Gobierno.Aspectos políticos de orden aparentemente menor están también en juego. Es obvio señalar, por ejemplo, que si los socialistas consiguen la autonomía de Cataluña, pueden convertirse en el partido catalán hegemónico durante .largos años.. Ahí está el caso de su antecesor, la Esquerra Republicana. Por ello, quizá algunos partidos catalanes, tanto a la derecha como a la izquierda de los socialistas, no vean con malos ojos la deteriorización política que se ha estado produciendo últimamente en Cataluña y ante la cual. no siempre los socialistas han reaccionado con la energía que podría darles el ser los vencedores indiscutidos de las pasadas elecciones.Lo que sí es absolutamente indudable, en el terreno de los hechos más elementales, es que alguien entregó a una agencia informativa el tan comentado proyecto de real decreto-ley y que ese alguien sabía que además del deterioro de las relaciones entre Tarradellas y los parlamentarios, causaba también un perjuicio muy grave a los socialistas. Unos socialistas que han ganado las elecciones al Parlamento español, pero que podrían perder las elecciones municipales y las absolutarri ente decisivas elecciones al Parlamento catalán. En relación con la entrevista con el señor Martín Villa, el portavoz de la Asamblea de Parlamentarios, Pere Portabella, informó en un descanso que es cierto que la entrevista entre los portavoces de los parlamentarios y el ministro del Interior fue a- plazada únicamente para esperar los resultados de la entrevista que se estaba celebrando con el presidente de la GeneralItat, y a la que se da gran importancia.
El presidente de la Generalitat, señor Tarradellas, y la comisión permanente de la Asamblea de Parlamentarl os de Cataluña han llegado, según informa Europa Press a un acuerdo después de ocho horas de reunión. A las dos de la madrugada finalizaron las conversaciones. A la. hora de cerrar esta edición se desconocían, no obstante, los términos del acuerdo entre ambas partes.
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