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El Senado tampoco pudo poner freno al Gobierno

Soledad Gallego-Díaz

El debate se inició en el Senado con la propuesta del PSOE relativa a la elección de los miembros de la Comisión de Urgencia Legislativa, redactada en iguales términos que la que había presentado en el Congreso.A favor de esta moción consumieron dos turnos a favor y dos en contra, en forma alternativa, Plácido Fernández Viagas y Francisco Ramos, del PSOE, y Alberto Ballarín y José Gabriel Sarasa, de UCD. Los argumentos de los socialistas se basaron en la necesidad de que el Senado conozca el mayor número posible de leyes. Fernández Viagas ofreció a los grupos minoritarios, si la propuesta prosperaba, la segunda plaza en dicha comisión. UCD, por su parte, se centró en el respeto a la mayoría y la necesidad de que la comisión fuera un reflejo de la Cámara.

Antonio Fontán, presidente del Senado, abrió a continuación un turno de duración más reducida -cinco minutos- para los portavoces de otros grupos parlamentarios que desearan hablar. Lo hizo Manuel Villar Arregui, del grupo de Progresistas y Socialistas Independientes (PSI) para apoyar la propuesta del PSOE. «El Parlamento debe controlar al Gobierno -afirmó- y existe una clara identidad entre UCD y el Gabinete actual. » Sometida a votación la propuesta del PSOE por el sistema ordinario, se rechazó con el siguiente resultado: 106 votos en contra, cien a favor y trece abstenciones. Teniendo en cuenta que UCD cuenta con 114 senadores en su grupo, se observó que faltaban en la sala al menos ocho de ellos. Los cien votos favorables al PSOE se distribuyeron del siguiente modo: 48 votos de su propio grupo parlamentario, veintiuno del PSI, catorce de Entesa dels Catalans, nueve de Senadores Vascos (se abstuvo Unzueta, del PNV), seis de la Agrupación Independiente (en concreto los senadores de designación real señores Ortega Spottorno, Ollero, Azcárate, Begé, Carvajal y Sampedro) y dos del grupo mixto (Socias Humbert, también senador de designación real, y Brikimman, senador independiente que anunció ayer mismo su paso al grupo parlamentario del PSOE).Entre las abstenciones más significativas figuraron las de Enrique Fuentes Quintana, Miguel Primo de Rivera, Julián Marías, Víctor de la Serna, Luis Sánchez Agesta y Belén Landáburu. Fue también significativo el voto en contra de Antonio Fontán.

Realizada la votación correspondiente a los candidatos presentados para formar parte de la comisión, resultaron elegidos Antonio Giménez Blanco, con 120 votos; Luis Jacinto Ramallo, con 117; José Luis Figuerola, con 117 (los tres de UCD) y Plácido Fernández Viagas, del PSOE, con 89. En blanco hubo catorce votos. Sampedro, Camilo José Cela y Fernández Miranda obtuvieron un voto cada uno.

Para la comisión de competencia legislativa no hizo falta votación. Puestos de acuerdo los grupos de UCD, PSOE, PSI y la Entesa, se decidió proclamar a los cinco candidatos presentados: Francisco Vicente Ramírez, Ramiro Pérez Maura y José Gabriel Sarasa (los tres de UCD), Antonio López Pina, del PSOE, y Carles Martí y Massagué, de la Entesa.

Después de un descanso de quince minutos, se entró en la discusión de las propuestas del PSOE y de la Entesa, relativas las dos al aplazamiento de la votación para la elección de cinco senado res que deben formar parte del Consejo del Reino. A favor de esta propuesta hablaron Francisco Ramos y Juan Antonio Cansinos, del PSOE. Ambos aludieron al carácter del Consejo del Reino como órgano coartador de las facultades de la Corona y como cesión incomprensible de la soberanía encarnada por las Cortes. En contra de las propuestas volvió a hablar Alberto Ballarín y Rafael Calvo Ortega, de UCD, quienes sin entrar en el fondo de la cuestión, basaron su negativa a posponer la votación en el respeto a las normas actuales. Durante toda la sesión Lluis María Xirinacs permaneció en pie cumpliendo su promesa de mantener esta actitud hasta que se conceda amnistía total. Los senadores vascos le secundaron y tampoco se sentaron en señal de solidaridad con la petición de Xirinacs.

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