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Las autoridades municipales cubrieron las anomalías del hipermercado "Jumbo"

El hipermercado Jumbo, situado en un solar cercano a la confluencia de las calles de Pío XII y Alfonso XIII, ha suscitado las críticas de vecinos, de arquitectos y de pequeños comerciantes, que han visto su medio ambiente invadido negativamente por el coloso. Los únicos que no parecen compartir esa opinión son justamente los organismos oficiales encargados de recoger y solucionar esas quejas. Como nos exponen los mismos denunciantes, sorprende la actitud municipal en este asunto, caracterizada por una total permisividad para las irregularidades legales del centro.

La explicación a esta actitud podríamos encontrarla en la personalidad de los promotores de Jumbo, fuertes representantes del capital brasileño y portugués que a partir de la revolución del 25 de abril buscaron invertir rápidamente en países más tranquilos y ligados, a su vez, a los sectores más conservadores del capital español.El centro comercial ha sido instalado en una de las mejores zonas de Madrid, aunque el solar que ocupa no estaba previsto para albergar un centro de este tipo, pero al que se aplicó rápidamente la ordenanza de transformación para que el proyecto fuera válido.

En el momento de comenzar las obras no se había ni iniciado el trámite de la transformación, ni se disponía de licencia municipal de construcción. En cambio, las obras fueron visitadas por el entonces alcalde de Madrid, señor García-Lomas, y el propio director técnico del Area Metropolitana aprobó el cambio de calificación de los terrenos, en contra del informe remitido por sus propios arquitectos, que no veían nada que justificara dicho cambio.

Denuncia desestimada

Las alegaciones presentadas el 17 de mayo ante el Ministerio de la Vivienda sólo obtuvieron contestación en diciembre de ese año, el mismo mes en que Coplaco dio su aprobación al cambio. La respuesta a la denuncia fue desestimatoria.La presión de los vecinos hizo, mientras tanto, que la Gerencia Municipal de Urbanismo paralizara las obras -que ya estaban empezadas mucho antes-. Un mes después las obras continuaron, aunque previamente se levantó un muro de varios metros destinado a ocultarlas a la visión de la calle.

Se sabe que hubo fuertes presiones, tanto desde Lisboa como desde Madrid, para que el proyecto no sufriera retrasos.

Los trámites realizados con los residentes en el barrio afectado mostraron asimismo varias irregularidades. Tal y como nos han explicado, a muchos de ellos, habitantes de casitas bajas, se les obsequió por parte de la dirección de Jumbo y se les prometió ajardinar y embellecer la zona, a fin de que firmaran el conforme con la instalación del hipermercado. En cambio, no se pidió permiso alguno a los vecinos de la calle de Madreselva, los más afectados, que son justamente los que desde el año pasado intentan que algún organismo les atienda.

Ruidos y malos olores

Estas familias llevan, desde el momento de su inauguración, quejándose de los ruidos constantes y los malos olores producidos por el centro comercial. Se les recomendó, en la Junta Municipal, poner una denuncia, que luego comprobaron no se envió a las oficinas centrales municipales.Los vecinos comprobaron también que las pocas veces que la Policía Municipal fue a realizar una inspección, los empleados del hipermercado habían limpiado todo el día anterior. Poco después la policía fue al domicilio del primer firmante, acompañado del director del centro, Alfonso Merry del Val, quien manifestó hacerse cargo del problema y prometió solucionarlo.

Efectivamente, se levantó un muro de varios metros y se hicieron obras para aislar el ruido, que ha quedado bastante disminuido, aunque no se hizo nada respecto a los malos olores.

Se insistió una y otra vez ante diversas autoridades municipales. El señor Estrada, actual delegado de Circulación y Transportes, vino a decir que «en otras zonas era peor», y un policía municipal, en otra visita, reconoció que llevaban razón, pero «que esto pasa en todos los establecimientos grandes».

Asimismo la circulación de la zona se ha planteado de forma que facilita las operaciones de carga y descarga de los camiones, realizadas a cualquier hora del día.

Por último, en vista de todo lo expuesto, unido a que informes de arquitectos privados señalan un exceso de volúmenes construidos, los vecinos han decidido poner el caso en manos de un abogado, el señor García-Trevijano, quien se encargará de los trámites jurídicos necesarios.

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