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Más de un tercio de la ayuda exterior norteamericana, destinada a Israel

El Congreso norteamericano aprobó la concesión de ayuda militar y económica al extranjero por un importe total de 4.800 millones de dólares, más de la mitad de los cuales van destinados a países del Oriente Próximo. Los legisladores prohibieron, sin embargo, cualquier tipo de ayuda, ni siquiera con fines humanitarios, a cuatro países socialistas. entre ellos Vietnam.

La Cámara de Representantes aprobó el viernes una ley de ayuda militar exterior por 3.200 millones de dólares. El Senado la ratificó ayer de forma rutinaria y ahora sólo falta la firma del presidente Carter para que entre en vigor. La inmensa mayoría de este dinero, 2.700 millones de dólares concretamente, se destina al Oriente Próximo y principalmente a Israel. Así, mientras que Tel Aviv recibirá 1.800 millones, Egipto sólo se beneficiará de 750, mientras que Jordania tendrá 93 millones, Siria recibirá noventa y Líbano, veinte millones de dólares en ayuda militar.

Veinticuatro millones de dólares para España

El resto de los fondos aprobados para ayuda militar exterior alcanza a numerosos países, entre ellos España, que obtendrá veinticuatro millones de dólares, según lo dispuesto en el vigente Tratado de Amistad y Cooperación con Estados Unidos. La ayuda concedida a España se desglosa en quince millones de dólares destinados a «ayuda militar»; otros siete a «asistencia de seguridad» y los dos millones de dólares restantes a «educación y entrenamiento militar».Tres países ven suprimido o restringida la asistencia militar norteamericana. Etiopía no recibirá tal ayuda a causa de las violacionesde losderechos humanos denunciadas en este país. La ley anuncia que la asistencia militara Argentina terminará en septiembre del año próximo, a la vez que solicita a la Casa Blanca un informe sobre la situación de los derechos básicos de la persona en Argentina. Por último, Turquía no recibirá ayuda militar de Washington a menos que el presidente Carter certifique que se han realizado progresos en las conversaciones de paz de Chipre y que no existe el peligro de que material bélico estadounidense sea transferido a terceros países a través de Turquía.

La ley, aprobada por las dos Cámaras del Congreso no hace referencia a otras dictaduras, especialmente latinoamericanas, que han sido acusadas de graves y constantes violaciones de los derechos humanos. Algunos de estos regímenes represivos anunciaron su intención de renunciar a la ayuda norteamericana como protesta por la política de la Administración Carter respecto a los derechos humanos y por los informes que sobre la situación de los mismos en dichos países fueron realizados por el Departamento de Estado.

Paso atrás con Vietnam y Cuba

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El Congreso aprobó también una ley de ayuda económica por un volumen global de 1.600 millones de dólares, destinados en general a países en vías de desarrollo y como contribución a programas educacionales, sanitarios o alimenticios. Pero la ley prohíbe expresamente que se facilite esta ayuda a Cuba, Vietnam, Laos y Camboya, aunque el objetivo de la misma fuera de tipo humanitario o para contribuir a la reparación de daños ocasionados por la guerra.Dejando a un lado a Laos y Camboya, que mantienen relaciones hostiles con Washington y que por el momento no figuran en la reestructuración de relaciones diplomáticas emprendida por Carter, la prohibición por el poder legislativo de cualquier tipo de asistencia a Vietnam y a Cuba supone una contradicción con la política exterior del ejecutivo hacia estos países.

La Administración Carter retiró hace sólo unos días el veto que Washington había impuesto durante los dos últimos años al ingreso del Vietnam unificado en las Naciones Unidas. Respecto a la compensación económica por daños producidos en la guerra que pide Hanoi y que fue prometida por el ex presidente Nixon. el actual Gobierno no se ha pronunciado claramente. aunque parece que pensaba contribuir a la reconstrucción de Vietnam de forma indirecta, mediante el Banco Mundial u otros organismos internacionales. El ex secretarlo de Estado, Henry Kissinger, negó la semana pasada ante el Congreso que Norteamérica tuviera alguna obligación económica con Hanoi, ya que en su opinión los norvietnamitas violaron los acuerdos de cese el fuego de París, que eran la condición impuesta por Nixon para conceder tal ayuda.

Respecto a Cuba, cuyas relaciones con Estados Unidos mejoraron notablemente desde la llegada de Carter al poder, la decisión del Congreso supone también un paso atrás, aunque el Senado aprobó recientemente la suspensión parcial del embargo comercial y en las próximas semanas se reanudarán las relaciones consulares entre Washington y La Habana.

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