"El pueblo vasco nos quería aquí, y aquí estamos"
La mayor parte de los miembros de ETA que, tras arduas gestiones en el interior y en el exterior, fueron extrañados a diversos países europeos a finales del pasado mes de mayo, han regresado a su país pocas semanas después. Algunos de ellos fueron condenados -varios a muerte e incluso a varias penas de muerte- y otros están pendientes de juicio. Con su aparición en España hace tan sólo unas pocas horas, plantean una situación a las autoridades posiblemente embarazosa. Ellos, no obstante, consideran que debían volver y han regresado lo antes posible. Y para explicar sus sentimientos y sus inquietudes, anoche convocaron una rueda de prensa en Bilbao. Javier Angulo informa de su contacto con los periodistas llevado a cabo en la semiclandestinidad.
« Creemos que, tarde o temprano, pasaremos por comisaría, pero sabemos que el pueblo vasco no va a permitir que nos vuelvan a encarcelar», dijeron anoche los etarras expatriados que regresaron ilegalmente a España los pasados miércoles y jueves, para reaparecer en un colegio de jesuitas de Durango (Vizcaya), donde se presentaron a los integrantes de la Marcha de la Libertad que estos días recorre el País Vasco.Los expatriados, procedentes de Oslo, Copenhague, Viena y Bruselas, ofrecieron anoche una rueda de prensa en Bilbao, rodeada de toda clase de precauciones, y manifestaron que tuvieron miedo de ser detenidos antes de aparecer en Durango. «Ahora no lo tenemos», dijeron.
Su intención había sido, según, explicaron, presentarse en España antes de la jornada inaugural de las Cortes, «por si el Gobierno o los partidos que habían solicitado nuestro regreso, caso de concedérnoslo, se hubieran querido apuntar el tanto. Ese tanto era del pueblo vasco, y por eso estamos aquí».
Eduardo Uriarte, Jokin Gorostidi, Xabier Larena, Xabier Izco de la Iglesia, Mario Onaindía y José María Dorronsoro -condenados en el proceso de Burgos-; Joseba Menchacatorre, José Ignacio Egaña y José Acheaga, presuntos implicados en el secuestro y asesinato de Berazadi, e Ignacio Múgica Arregui, comparecieron ante los periodistas junto con Telesforo Monzón, miembro del Gobierno va sco en el exilio, que entraba por primera vez en España desde hacía cuarenta años.
Los diez jóvenes, que manifestaron considerarse «autoexpatriados», explicaron que su plan de regreso estaba prácticamente ultimado desde el momento en que todos ellos estuvieron fuera de las cárceles españolas. Las dificultades técnicas y de intercomunicación impidieron un regreso más temprano.
«Teníamos muy claro que debíamos regresar cuanto antes. No aceptábamos -señaló Larenalas consecuencias jurídicas que nuestra pena de extrañamiento conllevaban. Nosotros firmamos la expatriación sin convencimiento, sin aceptarla conscientemente, por razones políticas y personales; porque intentábamos salir para reintegrarnos de inmediato, tal como hemos hecho, a nuestro pueblo. »
«Hemos aceptado el Juicio del pueblo -afirmó a su vez Dorronsoro- y estaba claro que éste quería que estuviéramos aquí. Por eso hemos venido y lo único que ensombrece nuestra alegría actual es que no estén con nosotros los demás compañeros que quedaron en Dinamarca, a quienes las autoridades danesas requisaron sus pasaportes.»
Uriarte y Onaindía, por su parte, reconocieron haber firmado la aceptación del extrañamiento por entender que con ello favorecían la postura de su partido (ElA, Partido para la Revolución Vasca) de acudir a la consulta electoral del pasado día 15 de junio. «Pensábamos -dijo Uriarte- que saliendo de la cárcel facilitábamos las cosas y dejábamos al pueblo tiempo y tranquilidad, al abandonar las luchas pro amnistía, para dedicarse a la preparación de las elecciones.»
Aunque se negaron a revelar a los informadores el sistema que emplearon para entrar en España, es notorio que la mayor parte de ellos poseen pasaporte, por lo que no se descarta la posibilidad de que alguno cruzara por los puestos fronterizos.
En un momento de la rueda de prensa, los diez extrañados se del inieron políticamente. Mientras Gorostidi, Larena e Izko se declararon cercanos a ElA, Uriarte y Oriaindía reconocieron ser militantes de esta organización. Egana y Dorronsoro se calificaron como «independientes abertzales socialistas» y, por su parte, Menchacatorre y Múgica se definieron como militantes de ETA militar y político-militar, respectivamente. Acheaga se decidía por ETA en general, sin más especificaciones
Telesforo Monzón, sin renegar de su origen y de su ideología afín al Partido Nacionalista Vasco (PNV), reconoció llevar casi veinte años apartado de la disciplina del partido.
«Se exige una gran unidad entre nosotros. Pertenecemos a organizaciones diferentes hoy, pero seguiremos en el mismo frente, con objetivos comunes. Puede haber entre nosotros equivocaciones, pero no traídores.»
Estas palabras de Mario Onaindía querían aclarar que pese a las posibles divergencias de las organizaciones integradas en KA (Coordinadora Socialista Abertzale), con respecto a algunos puntos -por ejemplo, elecciones-, todos ellos están hoy en una línea abertzale socialista.
Con respecto a la autonomía deseable para Euskadi, Múgica Arregui afirmó que era el pueblo el que debía marcar el grado y tipo de autonomía necesario. «Harán falta todas las formas pacíficas y menos pacíficas para lograr una verdadera autonomía.»
Por su parte, Telesforo Monzón declaró con respecto a este tema: «Es necesario que todo el pueblo vasco sepa que el Estatuto de Autonomía del 36 no existió, nació muerto, era una pura entelequia.»
Algunos de los reunidos -y fundamentainiente Múgica Arregui (que se declaró militante de ETA político-militar)- declararon ser partidarios de la continuidad de la lucha armada como un modo de apoyar y consolidar las conquistas. populares.
Sobre la existencia y valor real de ETA en la actualidad, los expatriados estuvieron de acuerdo en señalar que ETA sigue estando respaldada por el pueblo. «ETA sigue siendo fundamental en la lucha revolucionaria. Cuando el pueblo dice ETA, el pueblo está contigo, significa que el pueblo de Euskadi está con la organización. »Finalmente, los extrañados vascos -a excepción de Múgica Arregui, que dudaba- y Telesforo Monzón, declararon su propósito de entregarse todos si alguno de los once es detenido.
«Si lo que hacen es ponernos en la frontera, volveremos en seguida, eso que quede claro.» Luego, refiriéndose a su situación actual, en la clandestinidad, a la espera de la decisión del Gobierno, los expatriados declararon que «si esta situación se prolonga, habrá un día en que no nos esconderemos y vol veremos ya a nuestra casa ».
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