Gran Bretaña limita las ventas de ropa interior española
Desde ayer los británicos han tenido que limitar su uso de bragas y calzoncillos españoles. De acuerdo con el Ministerio de Comercio, se había producido una explosión de la exportación de esos artículos de ropa interior y había que imponer un límite. El tope se ha fijado en la exportación del año pasado, unos dos millones y medio de unidades.Para dar una idea de cómo se habían introducido aquí las bragas y los calzoncillos fabricados en nuestro país digamos que en todo el año 1975 sólo se exportaron 378.000 unidades. En los dos primeros meses de 1977 ya se había superado con creces esta cifra.
Por una combinación de precio, calidad y diseño, la ropa interior española había arrasado el mercado, a pesar del límite que se revisará el 31 de diciembre próximo. España sigue siendo la mayor exportadora de este sector, seguida de Hong-Kong.
Como ayer recogía la prensa inglesa, bajo titulares en los que se insistía en el porvenir de «la braga española», los británicos que compran este producto no se podrán beneficiar de los efectos de la devaluación, que en este campo no va a apoyar la fuerza exportadora española.
Las restricciones que ahora se han impuesto tienden también a beneficiar a la industria local, que en los últimos meses ha hecho esfuerzos ímprobos por añadir imaginación al género y ha aprovechado fechas recientes de la historia británica para adornar con dibujos y grabados la ropa interior que se produce aquí.
La industria textil británica pasa una crisis paralela a la del resto del las industrias del país. Hace una semana, una delegación de empresarios de -este sector visitaron al ministro del ramo para pedir su protección. Miles de puestos de trabajo están en peligro.
Las primeras víctimas han sido la braga y el calzoncillo españoles. Gran Bretaña empieza a reducir lo que, salvo excepciones cada vez más extendidas, son sus importaciones invisibles.
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