La escuela laica es totalitaria

Cuando los obispos defienden el derecho a la libertad de enseñanza religiosa no hacen sino ser fieles al principio evangélico de libertad, compaginando con el deber inexcusable de iluminar a todas las conciencias.De la misma manera que es inaceptable la imposición sectaria de creencias religiosas, lo es también y con la misma fuerza el polo opuesto.

La enseñanza que pueda ser impartida en escuelas dominicales o en iglesias no es sino puramente complementaria y accidental de la enseñanza integral que se imparte en escuelas y colegios. Los padres tienen derecho a escoger libremente para sus hijos el tipo de educación más acorde con su manera de pensar. Por ello la enseñanza, aunque sea impartida por el Estado. debe ofrecer una serie de opciones para no coartar la libertad de alumnos y padres, y se debe fomentar, además, la pluralidad de centros docentes, de acuerdo con las distintas confesiones o maneras de pensar. Ello, sin perjuicio de que la enseñanza sea totalmente gratuita y protegida por el Estado, con una absoluta igualdad de oportunidades para que toda persona tenga acceso a la cultura con arreglo a su inteligencia.

Es un sofisma pensar que la escuela puede ser neutra. Todo sistema de enseñanza toma partido, ofrece una opción de uno u otro signo. La escuela laica se polariza, en definitiva, en contra de cualquier otro sistema de educación, de manera totalitaria.