Arespacochaga se reafirma en su intención de no dimitir
El alcalde de Madrid, Juan de Arespacochaga, reafirmó ayer su intención de no dimitir o de no cesar a petición propia en su actual cargo, en el curso de la rueda de prensa habitual de cada jueves, con los informadores municipales. De alguna forma, el señor De Arespacochaga aseguró su firme propósito de esperar al cese por parte de la Jefatura del Estado y no propiciar su relevo presentando a título voluntario su dimisión o su petición de cese.
Ante las preguntas de los informadores, formuladas durante la rueda o anteriormente, por escrito, el señor de Arespacochaga respondió con la lectura de un texto, redactado a mano, que consideraba como su última palabra sobre los rumores de su posible dimisión al frente de la alcaldía.El texto completo de esta nueva y al parecer última declaración es el siguiente:
«El sistema de designación directa para la alcaldía de Madrid ofrece la ventaja de la remoción de su titular cuando la falta de confianza en la labor que desempeñe sea apreciada por el ministro del Interior y aceptada por el jefe del Estado. »
El cargo es legalmente irrenunciable, por lo que el alcalde se ratifica en su declaración anterior (véase EL PAIS de 24 de junio y de 5 de julio) sobre que no pesará a petición propia, pero sí manifiesta públicamente que la misma satisfacción que le produjo en su momento la confianza en él depositada por la Corona para desempeñar el puesto le produciría su relevo si así lo considera útil Su Majestad el Rey, única lealtad a la que,se considera hoy ligado, en conciencia.
«Y dicho esto les declaro que sólo conozco sobre el tema de mi relevo los rumores que recoge con insistencia la prensa; pero se me hace duro creer que el cambio de alcalde de Madrid pueda producirse por la exigencia de algún partido ni que el cargo pueda servir de premio de consolación para nadie. Es cuanto tengo que comentar sobre el tema de los rumores. »
Hecha esta declaración, la rueda de prensa terminó sin que ninguno de los periodistas asistentes insistiera sobre el tema, aunque, en privado, alguno de ellos intentara conocer si el señor De Arespacochaga consideraba los rumores sobre su dimisión como, una maniobra,
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