Manuel Clavero: "Mis ideas sobre la región las tengo muy claras"

Manuel Clavero Arévalo acababa de jugar su partido de tenis -fue subcampeón de Andalucía en la materia- cuando se enteró oficiosamente por la radio que había sido designado ministro para Asuntos Regionales, Departamento de nueva creacion. Tiene 51 años cinco hijos y es catedrático de Derecho Administrativo. En su vida privada se define «como un hombre enormemente trabajador, dedicado a su cátedra y al ejercicio de la abogacía, aunque desde. hace un año la política se ha convertido en parte importante de mis quehaceres». El que su partido se llame social-iberal y sea, además, regionalista, lo dice todo, en su opinión, sobré cuál es su condición política. Dice no ser un hombre adinerado: «Soy un profesional del derecho nací en un medio acomodado, pero no tuve más herencia que la de mi trabajo». No recuerda la renta que ha declarado este año: «La hice el último día y a toda prisa. Créame no lo recuerdo». Aunque Suárez no le ha sugerido que haga una declaración ante notario de sus bienes lo va a hacer, porque le parece una «excelente decisión». Piensa trasladarse con su familia a Madrid y cree que su Ministerio estará ubicado en la Moncloa.Aunque andaluz, habla con el acento y la concisión de un castellano.

Pregunta: ¿Por qué se ha creado el Ministerio de Asuntos Regionales? Respuesta: No le puedo decir, no he participado en su creación, pero supongo que responde a la importancia que el sentir de los pueblos nacionalidades y regiones tiene en la España de hoy. El fenómeno debe ser abordado fundamentalmente en las Cortes, pero también entra en la esfera de competencias del Gobierno.

P.: ¿Qué competencias se confieren al nuevo Departamento?

R.: No lo sé, desconozco el texto aprobado en el último Consejo de Ministros.

P.:¿La creación de su Ministerios debe a razones de Estado o hay también razones de partido, como puede ser recuperar para UCD las zonas más decididamente autonomistas, que son las que menos han votado a la coalición gubernamental?

R.: Yo creo, desde luego, que la creación de este Ministerio tiene que agradar a todas las regiones.

P.: ¿Dotar a una Administración tan centralista de este Departamento para las regiones no puede inducir a pensar en la aparición de un regionalismo amarillo?

R.: No, yo creo que el regionalismo no puede ser nunca amarillo; tiene que ser de la base, aunque no hay que olvidarse que estamos también ante un fenómeno de Estado.

P.: ¿Ha fijado ya algún plan de actuación?

R.: Todavía no. Mis ideas sobre la región las tengo muy claras, pero el plan debo fijarlo de acuerdo con el Gobierno.

P.: Aparte de las nacionalidades históricas que han llegado a disfrutar de un estatuto de autonomía, ¿qué otras regiones cree usted que es urgente dotarlas de un régimen autonómico?

R.: Yo creo que la historia evidencia que las conciencias regionales están más vivas en un lugar que otro: los casos de Cataluña, País Vasco y Galicia son claros. Pero el sentimiento regionalista llegó a un grado de madurez elevado en otras partes del país, aunque no se plasmara en un estatuto. Yo no voy a fijar prioridades, pero ahí está el tema canario -de máxima actualidad- Andalucía, y hasta en la propia Castilla se están dando movimientos autonomistas de importancia.

P.: ¿Ha tomado contacto con líderes de partidos autonomistas?

R.: Sí, por ejemplo, con Jordi Pujol.

P.: ¿En los últimos días?

R.: No, ha sido hace algún tiempo.

P.: El autonomismo más radical se da en el norte del país. ¿Le preocupa la imagen que puede dar a los autonomistas del norte un ministro de UCD y del sur?

R.: Naturalmente, las imágenes me preocupan. Pero yo estoy, desde luego, al servicio de todas las regiones y me esfuerzo en comprendarlas a todas. Además, UCD es claramente autonomista.

P.: ¿Hasta dónde está dispuesta a llegar su coalición en este tema?

R.: Estos temas prefiero abordarlos a nivel de Gobierno. No cabe planteamiento personal.

Manuel Clavero es hombre precavido, político desconfiado o jurista meticuloso: no quiso hacer declaraciones hasta que se cercioró que, en efecto, ya es ministro.