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Auto de procesamiento contra los promotores del club Valdemolinos, S A

Los promotores del Club Valdemolinas, SA, han sido procesados, y se les piden mil millones de pesetas para asegurar las responsabilidades civiles a que hubiere lugar. El magistrado-juez de instrucción número seis de Madrid, ordenó el procesamiento de Emilio González Garzón, Silverio González, hermano del anterior, Concepción Castillejos Wal, Concepción Pérez de Guzmán y Juan Pérez de Guzmán, todos ellos miembros del consejo de administración del Club Valdemolinos, a cada uno de los cuales pide una fianza de doscientos millones de pesetas.El auto de procesamiento decreta, al mismo tiempo, la libertad provisional de Silverio González y Juan Pérez de Guzmán, acusados de posibles delitos de estafa y falsedad en documentos públicos.

La querella fue presentada por. el letrado Antonio Vázquez, en nombre de un grupo de compradores que sospecharon por las irregularidades y el retraso de las instalaciones deportivas.

La citada sociedad comenzó sus operaciones el 16 de octubre de 1973, con un capital social de cien millones de pesetas, del que se desembolsó el 25 %, tal y como permite la ley. Este montante original se invirtió en comprar a Silverio González, uno de los procesados, el terreno donde se pensaba instalar el club.

A continuación se orquestó una, fuerte campaña publicitaria, en la que se ofrecía el mejor complejo polideportivo de España.

Con las promesas usuales en este tipo de iniciativas comenzó la venta de acciones, que conferían el carácter de socios y beneficiarios de las instalaciones a los compradores, y en pocos años se alcanzaron cifras de venta de 422 millones de pesetas. Después de las investigaciones previas al auto de procesamiento los hechos demostrados son que no existe prácticamente dinero en efectivo, además de no haberse desembolsado el resto del 75 % del capital inicial.

La empresa continuaba vendiendo acciones a pesar de la imposibilidad de cumplir los compromisos contraídos hasta entonces.

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Las obras realizadas no llegan al 20 % de lo prometido en la propaganda, lo que hace imposible su disfrute y utilización por los compradores. A sabiendas de estos hechos -se insiste-, continuaba la captación de nuevos socios.

A nivel personal, el auto de procesamiento indica que Juan Pérez de Guzmán cobró comisiones por más de cuatro -millones de pesetas, para hacer gestiones que no tenían fundamento real. Asimismo arrendó un coto de caza en beneficio propio utilizando tres millones de pesetas de los fondos.

Debido a un accidente de caza, el señor Pérez de Guzmán sufrió la amputación de una pierna. Con anterioridad, había suscrito vanas pólizas de seguros, por valor de varios millones de pesetas, en caso, de sufrir amputaciones por accidente; la pierna amputada se perdió en el cementerio de La Almudena, sin que se llegara a averiguar su paradero. Este hecho le acarreó problemas ante las compañías aseguradoras, que se negaron a pagar las correspondientes indemnizaciones.

Silverio González, por su parte, se apoderó, según el auto, de más de diez millones de pesetas de la caja.

Por último, las mismas personas tenían previsto ampliar indirectamente el negocio, para lo que habían creado varias empresas paralelas que serían las promotoras de futuras urbanizaciones, en terrenos colindantes al club, adquiridos previamente a bajo costo.

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