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Fuertes tensiones en el pleno del Ayuntamiento

La representatividad de los miembros de la Corporación municipal madrileña fue el principal punto de debate en el pleno celebrado ayer en el Ayuntamiento de Madrid, acto que se desarrolló en un clima de fuertes tensiones suscitadas por la lectura de dos mociones presentadas por el concejal Antonio Horcajo y otra por el alcalde, señor De Arespacochaga. Las dos mociones, aparentemente destinadas a sugerir vías democratizadoras para el Ayuntamiento, observaban grandes diferencias de fondo.

Previamente a la lectura y aprobación de los puntos a tratar en el orden del día, el alcalde dio a conocer su moción que, en síntesis, venía a solicitar al Gobierno que convocase unas elecciones municipales en el plazo de tiempo más breve posible, pero que, mientras tanto, ellos se mantendrían en sus puestos, ya que cualquier cambio de la Corporación sin previa consulta «iría en contra de los postulados democráticos establecidos».La moción presentada por el alcalde fue aprobada por aclamación y unanimidad por parte de todos los asistentes al pleno.

Una vez tratados los puntos que componían el orden del día, en el capítulo de proposiciones el señor Horcajo leyó su propuesta (véase EL PAIS de ayer) y numerosas manos se levantaron para oponer sus criterios. Desde el primer momento, se hicieron dos grupos opuestos. Unos, en tomo a la propuesta de Antonio Horcajo, y el otro, junto al señor Marcos de Lanuza, quien criticó la propuesta del señor Horcajo en los siguientes términos: «Discrepo totalmente en el fondo y la forma de tu propuesta. Es inadmisible que la hayas hecho pública en la prensa antes de darla a conocer a tus compañeros. Tu actitud no ha sido ni atenta ni prudente; además rasgarse ahora las vestiduras y pretender ir de demócratas no tiene sentido. »

El señor Llantada, que, junto al señor González Velayos, se mostró globalmente coincidente con la petición del señor Horcajo, matizó que, en lo referente a la elección del alcalde, que ésta debiera hacerla directa y libremente el pueblo.

La intervención del señor Llantada fue puntualizada por la del señor De Arespacochaga al señalar que «ese punto no es el que ahora debatimos».

La actual Carta Especial de Madrid, rechazada por Antonio Horcajo, tuvo numerosos defensores en el pleno. Roberto Reyes, al defenderla, habló de que «si se hacen cosas tan absurdas como pedir autonomía para Aragón o Andalucía, no vamos a negar ahora las peculiaridades y necesidades especifica s de la capital de España rechazando una Carta Especial».

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Al margen de las dos posiciones señaladas, hay que destacar las de los señores Puig Maestro Amado y Buceta, quienes manifestaron su «perplejidad y extrañeza» ante lo que se discutía. El señor Buceta aseguró dudar de su capacidad mental. «Para permanecer en un sitio como éste, creo que soy subnormal», concluyó, cuando aseguró no comprender el origen de la discusión.

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