Ayer, dos atracos en tres cuartos de hora

Dos atracos se cometieron ayer por la mañana en Madrid, en el corto espacio de tiempo de tres cuartos de hora. El botín sumado de ambas acciones supone unas 1.150.000 pesetas. Por la forma en que se desarrollaron los dos atracos, se supone que ambos hechos fueron cometidos por las mismas personas.A las 10.30 de la mañana, en la sucursal de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Madrid, situada en el número 16 de la calle de la Virgen de Aránzazu, detrás de la Ciudad Sanitaria La Paz, penetraron dos hombres de unos veinticinco o veintiséis años -uno de ellos pelirrojo- y una mujer de unos diecinueve años y con el pelo corto. Con el arma que llevaban conminaron al cajero a entregarles unas 700.000 pesetas, dándose seguidamente a la fuga, sin que se sepa en qué dirección.

Unos tres cuartos de hora después, el lugar elegido para el segundo atraco fue otra sucursal de la Caja de Ahorros, esta vez en la calle de Lazcano, número 1, en Villaverde. Quienes cometieron este segundo hecho fueron un hombre de unos veintitrés años, vestido con un traje marrón claro, y una mujer con el pelo negro, según las descripciones de los testigos presenciales. Las armas de que eran portadores eran un revólver y una pistola del nueve corto. El botín fue de unas 450.000 pesetas, con el que se dieron a la fuga en un coche, al parecer de gran potencia.

Cuatro presuntos ladrones de joyas

Cuatro súbditos colombianos, de edades comprendidas entre los veintidós y los 32 años, fueron detenidos por la policía como presuntos autores de varios robos en distintas joyerías, con un valor total de lo robado que supera los dos millones de pesetas. Se trata de Luis Demetrio López y su hermana, Elsa Marina, y de Armando Parga y su mujer, Clara Inés Jiménez.El sistema empleado en estos robos era al descuido: mientras el matrimonio entretenía al dependiente, los hermanos López se dedicaban a rebuscar los muestrarios y escogiendo, se supone, las piezas que consideraban más interesantes. Inmediatamente, las joyas eran enviadas en pequeños paquetes postales, a Bogotá, donde se hacía cargo de ellos el padre de los dos hermanos.

Además de las joyas, la policía les ha intervenido diversas cantidades de dinero en moneda extranjera y española y algunos otros objetos. Entre éstos destacan, curiosamente, dos trenes eléctricos completos y cinco baberos infantiles.