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Un monosabio que ordena y manda

Un monosabio acostumbra a dar la nota durante los primeros tercios en la plaza de Las Ventas. Dicen que es el Pimpi. El Pimpi; casi nadie al aparato. ¿De qué autoridad está investido? Alguien de la empresa o del palco debería contestar esta pregunta. Sabríamos así por qué se le consienten los desmanes, todos los días, desde hace años.

En la novillada del Corpus -como tantas veces-, lejos de servir a los picadores, como es su obligación les chillaba, les daba órdenes, hasta les señalaba dónde quería que se colocaran. Lo hacía con ostentosos gestos. La gente, muy harta, protestó estos desafueros, pero es lo práctico que intervenga la autoridad, para cortarlos de raíz.El día de los Garcíarromeros, en la feria (otro ejemplo, entre muchos) intervenía en la mismísima suerte de varas: mientras el toro romaneaba por un lado, él romaneaba por otro. El objetivo debía ser salvar al caballo de la caída, porque dicen que el Pimpi es el contratista de caballos, de la plaza. Pues que opte por un oficio o por otro. El pluriempleo tampoco está bien en la fiesta.

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