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"Los españoles han practicado con determinación su derecho a votar"

«Las elecciones han triunfado en España. Los españoles han practicado con determinación y con sensatez el derecho de votar que, el franquismo les había retirado durante cuarenta años.» Esta impresión era unánime en todos los labios, en todos los comentarios y reflexiones que se expresaron en este país desde que, a primeras horas de la noche, empezaron a conocerse los resultados parciales del voto histórico. La primera frase del editorial del independiente Le Monde decía: «una destacable lección de civismo». Por lo que se refiere a los resultados en sí, se subrayó en primer lugar «el triunfo amplio del partido del señor Suárez»,se señaló la segunda posición conseguida por el PSOE y, de igual manera, el triunfo de los autonomistas en Cataluña.La madurez del pueblo español, resaltada sin restricción alguna, la simbolizaba el diario conservador Le Figaro con la historia más bella de esta primera página de la España democrática: se refería su enviada especial a la cena que celebraron, en Toledo, todos los candidatos (salvo el de Alianza Popular), la víspera del escrutinio, con frases del candidato centrista Rafael Arias y del comunista Lobato.

A pesar de los fallos, de las irregularidades, a pesar de que «no hubo un verdadero debate de ideas durante la campaña, el veredicto de los electores es claro. El escrutinio, con la dinámica que implica, anuncia la instauración de un régimen realmente democrático», opinaba el editorialista del ya citado Le Monde, compartiendo otras opiniones sobre el porvenir español. En este mismo sentido, el nombramiento, como nuevo presidente de las Cortes, de Antonio Hernández Gil «parece indicar que el rey don Juan Carlos se suma a quienes reclaman una nueva Constitución», estimaba el diario Liberation.

La habilidad del señor Suárez para acelerar la reforma no se le ha escapado a ningún observador, como tampoco «la Oposición, que ha contribuido al éxito de la realización de las elecciones con su moderación y buen sentido ». En resumen los franceses, en apariencia al menos, parecen convencidos de que «los viejos demonios de la violencia» no constituyen una característica congénita del pueblo español; hasta última hora no han faltado exegetas de esta «triste, pero real inferioridad».

La noche del miércoles a jueves se esperaron con interés las noticias que iban llegando de España. El segundo canal de la TV realizó un duplex, de más de una hora, desde el vespertino madrileño Diario 16. Los españoles residentes aquí, a través de la radio, de la TV y del teléfono, vivieron una noche electoral frustrada para casi todos, porque pocos pudieron votar.

En los medios políticos se esperaban los porcentajes del presidente y de la izquierda con expectación. Ayer, un personaje próximo a la mayoría gubernamental nos decía: «Sería interesante una alianza, "irreversible", entre el señor Suárez y los socialistas de Felipe González. » Sabido es que la socialdemocracia ha sido, es y será hasta después de las legislativas «históricas» francesas del 78, el «sueño» del presidente Valery Giscard d'Estaing.

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En fin, quienes han seguido de cerca el desarrollo de los acontecimientos en la España de los últimos meses, no olvidan en estos momentos que «el porvenir inmediato es temible, como consecuencia de la crisis económica enmascarada por los problemas políticos y que exige un plan inmediato; de igual manera será necesaria una Constitución que elimine las ambigüedades y las secuelas del franquismo». Los problemas que plantearían los partidarios del autonomismo también son evocados.

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