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Hoy, elecciones generales

No hay disparidad entre las diversas encuestas

La aparición de las últimas encuestas (y notoriamente la de EL PAIS del domingo pasado) está provocando innumerables comentarios. El primero de ellos versa, en general, sobre la diferencia -que no disparidad- entre los datos de los distintos sondeos; el segundo suele fijarse en el problema de la fiabilidad que el sistema de encuestas pueda tener.

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En este terreno, como en otros muchos que afectan al funcionamiento de la democracia en España hay poca práctica. Nada tiene de extraño, por consiguiente, que los sondeos no terminen de ser aceptados; primero, porque es difícil comprender que preguntando a unos miles de personas pueda obtenerse la opinión de muchos millones; segundo, porque las encuestas dejan traslucir un país muy diferente al que nos tenían acostumbrados la mayoría de los que tienen voz en la política.Los datos numéricos varían de unas a otras encuestas, pero no son dispares, en absoluto, ninguno de los conocidos hasta ahora. Todas las encuestas revelan una lucha por la cabeza entre la Unión de Centro Democrático y el Partido Socialista Obrero Español, y todas señalan una cerrada disputa por el tercer puesto entre Alianza Popular y el Partido Comunista," pero ya a distancia de los anteriores. Todas asignan los lugares siguientes a la coalición PSP-FPS y a la Democracia Cristiana, y también los distintos sondeos coinciden en que las dos fuerzas regionales más impor tantes son el PNV, en el País Vasco, y el Pacte Democratic per Catalunya, en esta última región. En fin, todas han venido mostrando altos porcentajes de indecisos, que son los que podrían -a la postre- dar un vuelco a todos los sondeos.

Las tendencias, pues, están claras; lo que no está claro es el resultado exacto de cada opción, que sólo podrá conocerse a: partir de esta noche, una vez terminado el escrutinio de los votos. No es tan difícil, sin embargo, explicarse el porqué de resultados diferentes entre los distintos sondeos; un factor es la fecha de realización del estudio (en cortos lapsos de tiempo puede variar el número de indecisos, y aún cambiar de opción una parte de los decididos, al compás de la campaña electoral), otro factor lo constituyen las garantías técnicas de que se haya rodeado el trabajo, entre las que figuran precisión del cuestionario, la amplitud y representatividad de la muestra, y un correcto trabajo de los encuestadores. Todo ello dando, por supuesto, un deseo de objetividad y ausencia de manipulaciones intencionadas por parte de los autores de los estudios.

Las encuestas enseñan

Otra de las cuestiones puestas al descubierto por las encuestas -en concreto por aquellas que, además de porcentajes de intención de votos, ofrecen cálculos de reparto de escaños- son las consecuencias de la ley Electoral a la hora de favorecer o perjudicar a los partidos y coaliciones hasta ahora restringidas a círculos técnicos o a los análisis publicados en algún medió informativo.

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Lo más importante, en el case del Congreso, es el tamaño de los distritos, y por tamaño no hay que entender -como ya explicó este periódico en su día- el número de kilómetros cuadrados de una provincia, sino el número de diputados que se eligen en la misma. Cuantos más diputados haya que elegir en un distrito, tanto más proporcional será la elección; cuantos menos diputados haya que elegir en un distrito, menos dificultades tendrá la fuerza dominante en conseguir escaños, y por tanto, más difícil será para las fuerzas pequeñas. Con 25.000 votos, un partido puede conseguir un escaño en Soria, por ejemplo; con esa cantidad es seguro que el mismo partido no obtendrá un sólo escaño en Madrid, salvo que haya porcentajes de votación muy bajos, lo que no es previsible.

Una vez sabido esto entra en juego el problema de la fórmula D'Hondt, que no es más que un sistema para distribuir los escaños disponibles entre los votos recibidos por cada opción. En esta operación de conversión, la fórmula D`Hondt favorece algo a los partidos grandes y medianos, en detriniento de los pequeños, aunque la importancia de este dato es inferior a la del tamaño de los distritos.

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