La energía, causa del naufragio de la conferencia "Norte-Sur"

Un extensísimo comunicado emitido de madrugada puso ayer término, en París, a las 65 horas de maratón diplomático en las que representantes de la CEE y ocho países industrializados han intentado llegar a un acuerdo de cooperación económica con las diecinueve naciones que integraban el «bloque de los pobres».La ambigua prosa oficial no puede ocultar lo que destacan unánimemente los representantes de los medios informativos que han seguido la Conferencia de Cooperación Económica Internacional: a saber, que el «diálogo Norte-Sur» ha sido un fracaso, fundamentalmente a causa del desacuerdo energético. El petróleo, origen de la conferencia (el alza de los crudos animó a Giscard d'Estaing a promover un foro de entendimiento económico internacional en 1975), ha acabado con ella. Tampoco se lograron acuerdos sobre puntos esenciales para los subdesarrollados, como la condonación de su deuda exterior o la garantía de que los precios de sus materias primas evolucionarían de acuerdo con los índices de inflación de los industrializados.

La coincidencia más destacable conseguida en París se refiere a la decisión de crear un «fondo común» de materias primas, pero aun así se remite su desarrollo al organismo especializado de la ONU, que no se reunirá hasta noviembre.

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