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"Mi transición de la cárcel a la libertad ha sido sin traumas"

«Estoy muy contento por encontrarme en Noruega. Pero tengo que decir que el extrañamiento decidido por el Gobierno no es una medida de justicia. He estado nueve años en la cárcel por un delito que no he cometido y ahora al verme libre se me impide volver a mi pueblo». Con estas palabras textuales Iñaki Sarasqueta, ex militante de ETA condenado a muerte en un consejo de guerra celebrado en Burgos en el año 1968. por el asesinato de un guardia civil, hacía sus primeras declaraciones a los periodistas después de que el pasado miércoles fuese puesto en libertad en el penal de Ocaña y trasladado inmediatamente en un avión militar español al aeropuerto de Oslo.

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«No sabemos nada concreto»

La rueda de prensa a la que asistieron veinte periodistas noruegos y dos españoles se celebró en el edificio de la Radio Nacional.Visiblemente cohibido, incómodo a veces por las dificultades de tener que recurrir a un intérprete y limitado por la falta de conocimiento que los periodistas noruegos mostraron con relación al tema de Euskadi y de ETA-Iñaki Sarasqueta comenzó diciendo que había venido a Noruega voluntariamente, a pesar de que fue la única elección posible que le dieron; que aún no había hecho petición de asilo político, y que el Gobierno noruego le había dado a elegir entre residir en Noruega como turista o como refugiado político, disyuntiva que aún no había decidido.

Según sus declaraciones, Sarasqueta pasó veinte horas en el penal de Ocaña antes de que fuese conducido al aeropuerto militar de Getafe para ser trasladado a Oslo.

El miércoles día 1 por la tarde, dos horas antes de ser entregado a la Guardia Civil para su traslado a Noruega, le dieron a firmar la solicitud de extrañamiento, cosa que hizo al mismo tiempo que Izko de la Iglesia y Garmendía Artola. Sarasqueta no puede explicarse por qué razón fue excarcelado el sólo y no al mismo tiempo que Izko y Garmendía.

De la cárcel a la libertad

Durante las veinte horas que pasó en Ocaña, trasladado desde el penal del Puerto de Santa María donde cumplió la última parte de los nueve años de condena que iban a cumplirse el próximo día 8 de junio, tuvo posibilidad de charlar con Izko y Garmendía que estaban en celdas separadas y contiguas. Los tres pensaban que volarían juntos a Noruega el jueves día 2 de junio, inmediatamente después del Consejo de Ministros.

«Estas son mis primeras 48 horas en libertad y estoy sorprendido porque mi transición de la cárcel a la libertad ha podido realizarse sin traumas», fueron las primeras palabras del ex militante de ETA.

Iñaki Sarasqueta llegó a Oslo en la madrugada del día 2 de junio. Posteriormente, en un vuelo regular de Iberia del día siguiente, lo haría su mujer tras recibir una llamada telefónica desde la capital noruega del ex preso vasco. En el militar que le trajo desde Madrid le acompañaron un comandante del Ejército, un capitán, dos sargentos, dos policías gubernativos y cuatro tripulantes militares, y no vino esposado, a diferencia de sus compañeros recientemente excarcelados a Bruselas. En el aeropuerto de Oslo fue recibido por un funcionario de Asuntos Exteriores y un miembro del comité de refugiados políticos de Noruega, entre otras personas.

Espero volver a España

«Espero volver a España cuanto antes. Pero hoy por hoy no existen condiciones políticas para hacerlo. Creo que no podré volver en varios meses. El Gobierno Suárez no es democrático y las elecciones tampoco lo serán. Tienen muchas limitaciones. Son unas elecciones preparadas para que las gane el grupo político que encabeza Suárez, con lo cuál el Gobierno que presidirá éste tras las elecciones seguirá con una política similar y no permitirá que podamos volver dentro de quince días.»

Para Sarasqueta las elecciones tendrán una influencia considerable pero la «solución a nuestro problema la veo en la lucha de la clase trabajadora vasca y de todos los trabajadores del Estado español».

Iñaki Sarasqueta comenzó diciendo que había estado nueve años en prisión acusado y condenado por haber dado muerte al guardia civil Pardiñas, en compañía de Txavi Echevarrieta. Los hechos se produjeron el 7 de junio de 1968. Ese mismo día en un enfrentamiento con la Guardia Civil, caía muerto Echevarrieta. Al día siguiente era detenido Sarasqueta y juzgado en un consejo de guerra celebrado en Burgos una semana más tarde. Sarasqueta fue condenado a cuarenta años de prisión pero el Consejo de guerra fue anulado por el capitán general de Burgos y celebrado unos días más tarde. En esta ocasión fue condenado a muerte.

«Tengo que decir que en ningún momento de mi vida he matado a nadie y mucho menos a aquel guardia civil. Las pruebas que se aportaron en aquellos dos consejos de guerra fueron falsas y el abogado militar de oficio que tuve que escoger para mi defensa no se comportó como tal, sino que actuó tratando de dar credibilidad y validez a estas pruebas para conseguir mi pena de muerte.»

Despedida a empellones

Iñaki Sarasqueta que ha estado en las prisiones de Ocaña, Puerto de Santa María, Soria y Segovia, entre otras, fue despedido en el aeropuerto de Oslo por los policías españoles que le acompañaron con un «espero que ahora que estás libre no vuelvas a las andadas». Según sus declaraciones tiene que denunciar el trato brutal de que fue objeto por parte de un jefe del servicio del penal de Ocaña en las últimas veinte horas que pasó allí antes de ser exarcelado. Fue objeto de agresiones verbales, de insultos y empujones, y en el momento de ser despedido por el mismo, en presencia del director del penal, fue amenazado por aquel e inmediatamente cortado por el citado director del penal. También quiere denunciar los malos tratos que sufrió durante los traslados de unos penales a otros por parte de la Guardia Civil.

En las pocas horas que lleva en Noruega no ha tenido contacto con ninguna condición y Sarasqueta dical española o noruega y él mismo no sabe si se va a producir, ni cuando. Las autoridades noruegas por el momento no le han puesto ninguna condición y Sarasketa manifestó su satisfacción por este hecho. Cree probable que todos los presos vascos salgan de las cárceles antes de las elecciones, aunque piensa que algunos presos no vascos, entre ellos los militantes de los GRAPO, puedan permanecer dentro de las mismas. Cree que en ninguna medida los extrañamientos pueden colmar las aspiraciones del pueblo vasco en su lucha por la amnistía, total. « Pero para todos los que han luchado por la autodeterminación del pueblo vasco estos extrañamientos son una victoria popular. Aunque si el Gobierno que salga de las elecciones no responde a las reivindicaciones que se le han presentado el pueblo vasco, volverá a una lucha aún más ardorosa que la sostenida hasta ahora.»

Evolución política

Refiriéndose a su evolución política desde que fue recluido en prisión, manifestó que ya no pertenecía a ETA sino a la Liga Comunista Revolucionaria, a la que había llegado a través de ETA-VI Asamblea. «En la actualidad ya no milito en ETA, pero estoy muy orgulloso de haber militado en ella porque para todos los revolucionarios vascos de la década de los sesenta era a la única organización a la que podíamos afiliarnos. Durante los nueve años de cárcel no me he separado de la lucha de mi clase y de mi pueblo. Me siento muy unido a la lucha de los explotados, de los oprimidos y de los discriminados en cualquier situación o en cualquier país y no solamente en el País Vasco. La evolución política a la que he llegado corresponde a una evolución personal y a una evolución de ETA-VI Asamblea. En los años de cárcel pude comprender los problemas políticos españoles y el mejor instrumento que he encontrado ha sido el marxismo revolucionario.»

Iñaki Sarasqueta explicó a los periodistas presentes la dureza de los nueve años de cárcel sufridos en su persona. «Y si las condiciones de los presos políticos de los últimos años han cambiado, en los años que yo pasé en el penal de Ocaña esas condiciones eran extremadamente duras. No éramos torturados físicamente, pero sí moralmente. Desde recibir solamente los periódicos más conservadores (y estos descuidados en muchas informaciones de tipo político) hasta sufrir celdas de castigo por las cosas más nimias.» Incluso hace una semana, con la ocasión del último indulto -«llamado amnistía», dice Sarasketa- las condiciones de vida que habían mejorado tras la muerte de Franco empeoraron notablemente.

Por otra parte hemos podido saber de fuentes muy próximas al Ministerio de Asuntos. Exteriores noruego que éste desconoce por completo la fecha de la llegada de Izco de la Iglesia y de Garmendia Artola, ya que eran esperados al mismo tiempo que Sarasqueta.

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