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Tribuna:TRIBUNA LIBRE ELECTORAL
Tribuna
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Los partidos del centro

Secretario general del Partido Popular.Candidato al Congreso por la Unión del Centro.

La historia comenzó hace años. En el límite de la ilegalidad, se fueron organizando, con escasos medios, separadamente, con defectos obvios, una serie de partidos políticos que se caracterizaban porque no eran marxistas ni continuistas, estaban lejos de todo tipo de autoritarismo y tenían un objetivo común: querían la instauración en España de un sistema democrático pleno, pacíficamente, sin traumas y con el menor coste social posible para los españoles.

Así nacieron varios partidos socialdemócratas, liberales, democristianos, el Partido Popular, amén de otros diversos de ámbito regional. Hubo no pocos intentos de superación e integración de todos ellos en una sola fuerza, que fueron preparando el camino, aunque no llegaran a cristalizar. Reuniones y contactos se sucedían, hasta que, al fin, ya después del referéndum, en enero, se consiguió articular el Centro Democrático.

Inmediatamente de surgir éste se iniciaron los ataques contra él y contra los partidos que más hicieron por su creación de todos los lados. De la Izquierda y de la derecha, que vieron en seguida el valor de la idea que lo animaba, porque era la respuesta a lo que la mayoría de la sociedad española deseaba. Vinieron incluso, y fueron de los más fuertes y perjudiciales, de los que, estando dentro de ese mismo sector del espectro, no se resignaban a no haber protagonizado ellos la iniciativa, o veían con recelo el incremento de los porcentajes que en las encuestas obtenía ese Centro a pesar de su escasez de recursos y de su falta de organización.

Se sembró la discordia entre sus miembros. se atizaron ambiciones personales, se hicieron promesas por separado, se inventaron rumores y diferencias in existentes. Todo ello no fue suficientemente para que la unión se rompiera y el Centro Democrático, superando abandonos, dimisiones y presiones, siguió, sobre la base de los partidos de centro. siendo la opción electoral que podía suministrar al país la base para un régimen democrático y para una Constitución para todos.

Por otro lado, no sin sorpresa al principio y convicción general después, vimos los españoles que el objetivo primario del presidente Suárez, cuyo Gobierno comenzó entre dudas y desconfianza de los más, era el mismo en el que coincidían aquellos partidos: la instauración de un sistema democrático pleno, pacíficamente y desde la legalidad. Y que los pasos que daba, que culminaron con la ley de Reforma Política y el referéndum, eran hábiles, medidos y acertados.

Por ello, todos esos partidos apoyaron esa política, que era la suya, sin separarse en absoluto de su propia ideología y de su estrategia, y sin identificarse con todas las demás medidas del Gobierno, de: las que sólo este era responsable, y acreedor al mérito por su acierto, o a la crítica por su error. Y por ello recomendaron el sí en el referéndum. consecuentes con lo que deseaba para España, «aunque lo hiciera el Gobierno», dejando en su infantil postura a los que se perdían en las estúpidas batallas verbales de ruptura-reforma o en su actitud soberbia y egocéntrica a aquellos para los que el cambio no valía si no salía de sus manos, lavadas todos los días en el agua de la «Oposición democrática» que, creían ellos. y nos querían hacer creer a los demás, eran las únicas limpias y puras.

La coincidencia de esas dos políticas de centro, la de los partidos y la del presidente, tenían que confluir en un momento: las elecciones. Ante una acción electoral era obivio que los que pretendían el mismo fin no podían ni debían estar enfrentados. Y que la ubicación del presidente, si decidía participar en las elecciones. estaría en el Centro. ¿Es que si su opción hubiera sido el socialismo o Alianza Popular estos sectores habrían rechazado su inclusión en sus candidaturas?

Es cierto que un presidente de Gobierno no es un candidato ordinario y que esa inclusión ha producido sobresaltos, desajustes, y que a su amparo han aparecido no sólo los que lógicamente estaban con él. en su línea y esperando su opción, sino también los que aprovechan la ocasión que creen que más les favorece. Es cierto que la conjunción podía haber sido mejor lograda si los partidos del Centro hubieran estado más unidos y el Centro no hubiera sido tan atacado por los mismos que luego han criticado esa inclusión. Pero no es menos cierto que los partidos del Centro Democrático no han sacrificado un ápice su ideología ni su objetivo de conseguir, para todo el país. una democracia y una Constitución válidas. Lo que han tenido que sacrificar es a alguno de sus .candidatos en la difícil batalla de las listas. dando una prueba más, los partidos y sus hombres, de que los intereses del país están por encima de esos personalismos de que tan ligeramente, a veces. son acusados.

Pasado ese difícil momento, conseguida esa Unión del Centro Democrático. los partidos regionales. democristianos. socialdemócratas. populares y liberales, a pesar de todos sus defectos, siguen siendo parte importante, fundamental, de esa coalición, defendiendo los mismos programas y proyectos de futuro que tenían anunciados, como se reflejará en el programa de UCD. Y sus hombres, que son mayoría en las candidaturas de casi todas las regiones; españolas, celebran en tres semanas más de mil mítines en toda España, hablan, escriben y son componente político decisivo y mayoritario en la opción electoral. de Centro.

Para ellos fue siempre su objetivo que se celebraran unas elecciones libres, limpias y competitivas. Hoy sigue siéndolo. El Centro es una opción más, deseamos que la vencedora. pero que lucha con las mismas armas que los demás. Tiene y gasta menos dinero en la campaña electoral que el PSOE y que Alianza Popular, y nada viene del extranjero o de subvenciones a fondo perdido de quienes defienden intereses económicos antes que políticos. Cuenta, para designar interventores y apoderados, sólo con sus militantes y simpatizantes. Recibe tantas o más críticas de la prensa que sus competidores y se trata de cargarle con los naturales defectos que todo Gobierno tiene, sin las ventajas de participar en él.

Es preciso decir estas cosas para que la Unión del Centro Democrático y los partidos que en ella están, queden en su sitio. Y para que los hombres y mujeres que quieren una solución moderada e intermedia, los que deben votar Centro, no se dejen engañar por las campañas que con fines electorales se levantan desde la derecha y la izquierda. para confundir al elector e inducirle a votar opciones que en este período presumen de centristas y arreglan sus programas con una moderación que no corresponde a su ideología.

A ver si ahora va a resultar que todos son de centro, los comunistas, los socialistas y Alianza Popular. Y que en lo único que están de acuerdo es en atacar a la Unión de Centro Democrático, cuyos hombres son precisamente quien es desde el poder y desde la calle hemos hecho más por que se llegue a estas elecciones. Y que seremos los que, si las ganáramos, haríamos viable, también en paz, una democracia y una Constitución para todos, y un Gobierno estable que afronte y resuelva, con la ayuda de todos los es pañoles, la crisis económica que nos afecta, estructurando el nuevo modelo de sociedad que España necesita.

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