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El Gobierno británico, acosado por la izquierda y el nacionalismo escocés

Juan Cruz

La Administración laborista se enfrentó ayer a dos de sus principales amenazas y hoy los nacionalistas escoceses le proporcionarán un motivo más de preocupación.

Por una parte, el ejecutivo nacional del Partido Laborista, de considerable tendencia izquierdista, le ha reprochado al Gobierno su incapacidad para renovar su política económica de acuerdo con el manifiesto electoral. Le ha exigido la renegociación del crédito concedido recientemente por el Fondo Monetario Internacional y le ha pedido que considere su salida unilateral de las normas de la política agrícola del Mercado Común.En la misma reunión, celebrada ayer, el ejecutivo tomó nota de un informe en el que se califican de «exagerados» los rumores de infiltración de que ha sido objeto el partido en el pasado. En cualquier caso, el ejecutivo laborista ha pedido moderación y tolerancia para los posibles «extremistas» que hayan usado la maquinaria despido para su beneficio político.

La postura contraria a la «caza de brujas» que se pretendía adoptar es un reflejo de la opinión de Michael Foot, el vicelíder laborista, «jefe histórico» de la izquierda del partido y miembro del comité que ha investigado la infiltración trotskista.

Desde el punto de vista político, la amenaza principal para los laboristas es la de los nacionalistas escoceses, que hoy comienzan también su asamblea general, con la asistencia de 1.200 delegados. El tema de la devolución parlamentaria, no está en la agenda. « Esta es la asamblea de la independencia», han dicho los líderes del SNP (Partido Nacionalista Escocés). Este partido, que ha dejado de ser un simple movimiento nacionalista para convertirse en un poderoso grupo político, ha ganado muchos votos en las últimas elecciones, a costa de laboristas decepcionados y de conservadores que no entienden por qué su partido ha abandonado su estrategia pro devolucionista. Un fortalecimiento progresivo del nacionalismo escocés podría convertir al Laborista en un partido minoritario, porque hasta el momento la mayor parte de sus escaños representan a la zona norte de Gran Bretaña.

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